Este viernes uno de septiembre un asteroide gigante de entre 4 y 9 kilómetros de diámetro, uno de los más grandes de los últimos 20 años, identificado con el nombre de Florence, pasará extraordinariamente cerca de la Tierra, e incluso se podrá seguir y estudiar por medio de telescopios y radares.
Aunque pasará a unos 7 millones de kilómetros de la atmósfera terrestre –18 veces la distancia entre la Luna y la Tierra-, esta distancia en términos astronómicos, es “como si fuera un rosón de bala”, dice la investigadora Guadalupe Cordero Tercero, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien advierte que este asteroide ha sido clasificado como “potencialmente peligroso” para la tierra debido a su enorme tamaño.
En conferencia de prensa, junto con los investigadores Karina Cervantes de la Cruz, y Marco Antonio Muñoz, de los institutos de Geofísica y de Astronomía, respectivamente, se explicó que aun cuando algunas rocas se aproximen de manera regular a la tierra, ninguno tuvo las dimensiones que tiene Florence ni la cercanía por la que pasará por la tierra.
La última vez que Florence pasó cerca de la tierra fue en el año 1890, y se prevé que la próxima vez que se acerque nuevamente a la faz terrestre será en el año 2500. Los 7 millones de kilómetros de distancia por los que pasará este 1 de septiembre equivale a 18 veces la distancia que existe entre la Luna y la Tierra, pero se considera que es demasiado cerca.
La investigadora Cordero Tercero señaló que no existe peligro de una colisión, aunque esto no significa que en un futuro muy lejano no lo sea, debido a que las “perturbaciones gravitacionales” alteren su órbita. Las consecuencias de una colisión con asteroide de este tamaño serían verdadera catastróficas. “Se trataría de un evento de extinción”, dijo la investigadora Cordero.
Por su parte, Karina Cervantes recordó que aunque de menor tamaño, en 2014 otro asteroide –el JO25-, se aproximaron a tan sólo 1.7 millones de kilómetros de la Tierra, que significa 4.5 distancias lunares, sin ninguna consecuencia.
No obstante, citó el caso del bólido caído en la ciudad rusa de Cheliábinsk, el 15 de febrero de 2013, y que impacto a 80 kilómetros de esa localidad. El impacto provocó daños materiales y personales, en más de mil personas que resultaron heridas, la mayoría de ellas por la onda expansiva que provocó el destrozo de ventanales, cristales y daños materiales en edificios.
En el caso del asteroide Florence, fue descubierto en marzo de 1981, por el científico Schelte Bus, en Australia, y se le dio su nombre para honrar la memoria de Florence Nightingale, fundadora de la enfermería moderna, se citó en la conferencia realizada en el Instituto de Geofísica de la UNAM.