El Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) cuenta con una oficina de transferencia tecnológica que ha conformado un portafolio de comercialización, basado en ocho investigaciones de alto impacto listas, o casi listas, para transferirse al mercado internacional.
De acuerdo con América Padilla Viveros, quien junto con la doctora Cecilia Bañuelos, coordina la Agencia de Comercialización del Conocimiento, el portafolio se inició con la integración de aquellas tecnologías del Cinvestav que se encontraban en alguna etapa de madurez o prototipo, y que contaban con una prueba de concepto, validaciones, escalamiento, alguna figura de propiedad intelectual o en vía de registro de derechos, y con un mercado tecnológico potencial para que fueran atractivos para su comercialización.
La doctora en Ciencias Químico Biológicas añade que estas investigaciones se concentraron con una primera convocatoria a nivel nacional dentro de todas las sedes del Cinvestav. Se integró un primer portafolio con 33 propuestas y posteriormente se seleccionaron los 15 proyectos con mayor potencial; finalmente se presentaron ante un comité conformado por especialistas en negocios e inversionistas que los evaluaron. Finalmente aterrizaron el portafolio de 8 investigaciones que maduran actualmente para su transferencia. El proceso duró de seis meses, después de la convocatoria.
El proceso para hacer la selección de los proyectos requirió de una sistematización, mediante una ficha técnica, para conocer sus ventajas competitivas y en qué estados se encuentran; la gestión de su propiedad intelectual, estudio de mercado y plan de negocios permitió hacer un primer mapa de cada propuesta. “Otro aspecto relevante que se tomó en cuenta fue saber si contaba con un líder científico, puesto que es un factor clave si los investigadores están interesados en acompañar el proceso”, abunda América Padilla.
Con el acompañamiento de maduración comercial, la mitad de los desarrollos del portafolio ya iniciaron la etapa de negociación y se espera el cierre de algunos este 2016. América Padilla y Cecilia Bañuelos exponen la mayoría de estos proyectos, algunos de los cuales ya se encuentran en estado avanzado de transferencia.
Entre estos destaca una nueva aplicación farmacología en el manejo del síndrome metabólico, del cual se tiene ya una prueba de concepto válida en modelos animales y está en proceso de negociación con empresas en México.
Otro proyecto es un novedoso vector como insumo para terapia génica, que en los últimos años se ha reactivado. Cinvestav tienen un desarrollo nanotecnológico para esta aplicación, que tiene ventajas competitivas sobre todo para seguridad de uso y se propone principalmente para el tratamiento del mal de Parkinson.
Un proyecto más es un prototipo de plasma de baja temperatura que permite el análisis por espectrometría de masas de muestras biológicas a bajas temperaturas.
Lograr la ionización en este estado permite ampliar el espectro de muestras a analizar, y ya lo han aplicado para diferentes cultivos, fármacos y alimentos.
Sobre los proyectos basados en métodos diagnósticos, Cecilia Bañuelos explica los tres principales, el primero de los cuales se divide en tres tecnologías dentro de un mismo kit diseñado en el Cinvestav Irapuato. Estos consisten en métodos para diagnosticar los principales virus que afectan a la papaya.
Las pruebas pueden discriminar de manera estandarizada si los cultivos han contraído virus y de qué tipo. La primera de éstas, y la más desarrollada, consiste en un análisis mediante Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), que se llevaría a cabo en laboratorio. Las otras dos pruebas prototipo podrían hacerse directamente en campo y, a través de una reacción química, daría resultados en colores específicos para que productores conozcan si sus cultivos están contaminados por los virus.
Otra de las pruebas de diagnóstico es un biomarcador para detectar cáncer cérvico-uterino, de mayor eficacia y sensibilidad que el Papanicolau. Esta tecnología no buscaría sustituir al Papanicolau, sino sería complementaria y resolvería los “falsos negativos” de la primera, explica Bañuelos.
Uno más de los métodos diagnósticos de la oficina es un método para la identificación de la tricomoniasis, enfermedad de transmisión sexual que afecta principalmente a las mujeres y de la que hombres pueden ser portadores. La prueba del Cinvestav se realiza mediante muestras de sangre, a diferencia de la toma de muestras de fluidos vaginales o uretrales, como se realiza comúnmente.
El Cinvestav espera concluir la comercialización de los 8 proyectos del actual portafolio para emprender una nueva convocatoria. Será entonces cuando también se evalúe su impacto económico y social.
Además del acompañamiento y promoción de dichos proyectos, esta oficina del Cinvestav lleva a cabo talleres y cursos de emprendimiento para los estudiantes de posgrado que se forman en la institución. Incluso algunos de los proyectos que han resultado de estos son apoyados y asesorados en su incubación y maduración.
La iniciativa del Cinvestav fue lanzada en 2013 con apoyo del Fondo Sectorial de Innovación (Finnova) de la Secretaría de Economía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que busca consolidar transferencia de tecnología a nivel nacional basada en desarrollos académicos e investigación.