Fabricado por la compañía estatal Commercial Aircraft Corporation of China (COMAC), el C919 tiene capacidad para transportar hasta 174 pasajeros y una autonomía de 5.555 kilómetros.
La aeronave, que según los expertos podría romper en unos años el virtual duopolio Airbus-Boeing, despegará del aeropuerto Shanghái-Pudong este viernes «si las condiciones climatológicas lo permiten», según un comunicado publicado por COMAC el miércoles.
Tras completar 118 pruebas con éxito en los últimos meses, el primer vuelo «no es un gran acontecimiento en sí mismo pero sí un momento simbólico, revelador de la evolución de la industria aeronáutica china», aseguró Greg Waldron, director editorial para Asia de la publicación Flightglobal, a la agencia AFP.
El C919 es un avión de fuselaje estrecho que tratará de competir con el europeo Airbus A320 y el estadounidense Boeing 737, líderes del mercado.
A pesar de que la producción comenzó en 2008, por culpa de varios problemas en el proceso de fabricación los primeros vuelos previstos para el año 2014 tuvieron que ser aplazados.
Ahora, con más de tres años de retraso, COMAC ha anunciado que el avión superó con éxito la última prueba de rodaje de alta velocidad y está listo para entrar en funcionamiento.
Consciente de la dificultad que entraña lanzar al mercado un avión comercial de pasajeros sin contar con experiencia previa en el sector, COMAC admite que el éxito del proyecto dependerá del apoyo de la industria china.
El presidente chino Xi Jinping declaró en 2014 que no tener aviones «made in China» es «estar a merced de otros».
Hasta el momento la compañía tiene 570 pedidos para el C919, la mayoría de ellos realizados por aerolíneas o compañías de leasing chinas.
China se convirtió hace unos años en un campo de batalla para Airbus y Boeing.
Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), el mercado turístico chino superará al de Estados Unidos en 2024.
Para ser capaces de abastecer la demanda de vuelos que requerirá el turismo chino, Airbus calcula que las aerolíneas del gigante asiático necesitarán cerca de 6.000 nuevos aviones durante los próximos 20 años.
Boeing, por su parte, eleva la cifra hasta las 6.800 unidades, el triple de la flota actual china.
Aunque reconoce que a COMAC le llevará tiempo ganarse la confianza de las aerolíneas, el analista Waldron asegura que China se convertirá pronto en un actor importante en el sector de la aviación.
Otros expertos se muestran más cautos y creen que a COMAC le queda un largo camino por delante antes de ser capaz de plantar cara a los dos grandes fabricantes.
«Este nuevo avión será una piedra de toque para China», reconoce Shukor Yusof, analista de la compañía malasia Endau Analytics.
«Para pasar a la etapa siguiente habrá que vender el producto, algo que no será fácil» fuera de China, añadió en declaraciones a AFP.
En un sector donde «la credibilidad es crucial» para convencer a los compradores, a COMAC le será extremadamente difícil hacerse un hueco en el mercado, concluye Yusof.