El cosmonauta ruso Mijail Kornienko y el estadunidense Scott Kelly regresaron hoy a la Tierra a bordo de la nave Soyuz TMA-18M tras permanecer en la Estación Espacial Internacional (EEI) casi un año, una larga misión precursora de los viajes interplanetarios.
Junto con los participantes en la expedición de mayor duración jamás llevada a cabo en la plataforma espacial (340 días) retornó a la Tierra el cosmonauta ruso Serguei Volkov, quien estuvo en el espacio un total de 182 días.
Tal y como estaba previsto, el módulo aterrizó en las estepas de Kazajistán a las 04:26 GMT, pocas horas después de separarse del ingenio orbital.
Doce helicópteros Mi-8, cuatro aviones, una veintena de todoterrenos y cerca de 200 militares participaron en las labores de seguimiento del descenso de la cápsula y luego en la evacuación de sus tripulantes, informó Roscosmos, la agencia espacial rusa.
Inicialmente se anunció que los viajeros espaciales saldrían por su propio pie de la nave, en un simulacro de lo que podría ser un desembarco en Marte.
Sin embargo, los tres ocupantes del módulo de descenso fueron asistidos para bajar a tierra, como pudo observarse en las imágenes de televisión transmitidas desde el lugar del aterrizaje.
“Me siento muy bien. Un buen baño ruso y puedo volver a volar al espacio”, dijo sonriente Kornienko ante las cámaras, cuando era acomodado en la butaca en la que fue trasladado, al igual que sus compañeros de misión, a una enfermería habilitada en la estepa para pasar los primeros reconocimiento médicos.
Un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales confirmó a la agencia oficial rusa RIA Nóvosti que el estado de salud de los tres tripulantes de la Soyuz es “satisfactorio”.
Desde el lugar del aterrizaje, los cosmonautas fueron trasladados a la ciudad kazaja de Zheskazgán, desde donde Kornienko y Volkov volarán a la Ciudad de la Estrellas, en las afueras de Moscú, y Kelly, de regreso a Estados Unidos.