Según una investigación que se publica hoy en no parece existir un límite de edad para el ser humano. El estudio, que contradice en cierto sentido otro trabajo publicado el pasado mes de octubre en el que se decía que el límite de la edad humana alcanza su máximo en alrededor de 115 años, afirma que no existe tal límite, o que al menos no se conoce.
Los biólogos Bryan G. Hughes y Siegfried Hekim, de la Universidad de McGill (Canadá) han analizado la longevidad de los individuos que viven más tiempo de EE. UU., Reino Unido, Francia y Japón por cada año desde 1968, y no han encontrado evidencia de que exista un límite, y si existe, todavía no se ha alcanzado o identificado, señala Hekimi.
Los supercentenarios, como Emma Morano, que falleció el pasado abril a los 117 años, y la francesa Jeanne Calment, que con 122 años, cinco meses y catorce días ha sido el ser humano más longevo del planeta, siguen fascinando a los científicos y los han llevado a preguntarse cuánto tiempo pueden vivir los seres humanos.
«Simplemente no sabemos cuál podría ser el límite de edad». De hecho, tras analizar la tendencia de la esperanza de vida en estos últimos años, los investigadores creen que podría seguir aumentando en el futuro. Por ejemplo, señala Hekimi. en 1920 los recién nacidos canadienses podría esperar vivir 60 años, pero un canadiense nacido en 1980 llegaría hasta los 76 años, y hoy en día, la esperanza de vida ha saltado a 82 años. El tope de esperanza de vida parece seguir la misma tendencia, aseguran.
En realidad, los investigadores creen que es imposible predecir cómo será la vida futura. Algunos científicos sostienen que la tecnología, los avances médicos y las mejoras en las condiciones de vida podrían retrasar la muerte. «Es difícil de adivinar -agrega Hekimi-. Hace trescientos años, muchas personas vivían pocos años y si les hubiéramos dicho que un día la mayoría de los seres humanos podrían vivir hasta 100, dirían que estábamos locos».
En los últimos años se han acumulado una serie de avances científicos y biomédicos que demuestran que la longevidad es plástica y que se puede intervenir sobre el envejecimiento hasta llegar a prolongar la vida más allá de los límites naturales de diversos organismos animales.
Lo cierto es que el sueño de hallar una terapia de juventud sigue vivo en los laboratorios más potentes de investigación. Pero de nada valdrá superar los 122 años, 5 meses y 14 días de Jeanne Calment, la campeona de la longevidad humana, si la calidad de vida no es buena.