Un test de diagnóstico del VIH para los países en vías de desarrollo, un proceso que limita la contaminación de los motores diésel y un nuevo tratamiento de los síntomas del Parkinson obtuvieron el jueves el premio Inventor Europeo en Lisboa.
«No es un premio más de innovación, queremos mostrar que el impacto que tienen las patentes a nivel económico y social», aseguró Benoît Battistelli, presidente de la Oficina Europea de Patentes (OEP), que premia desde 2006 las innovaciones tecnológicas.
La directora de Investigación de la Universidad de Cambridge, Helen Lee, ganó el «premio popular» por un aparato de diagnóstico del VIH para los países en vías de desarrollo.
La máquina, que ya fue utilizada en 40 mil personas en Malaui y en Uganda con la ayuda de Médicos sin Fronteras, facilita resultados instantáneos y fiables con tan sólo algunas gotas de sangre.
El equipo del científico danés Tue Johannessen ganó en la categoría de «pequeñas y medianas empresas» con un proceso que neutraliza hasta el 99 por ciento de las emisiones de óxido de nitrógeno, contaminación emitida por los motores diésel.
Esta tecnología, que puede instalarse ya en los vehículos particulares, equipa desde septiembre la mitad de los autobuses de Copenhague y Johannessen quiere instalarlo próximamente en Londres, Seúl, Pekín y Shanghái.
El neurocirujano francés Alim-Louis Benabid fue premiado en la categoría de «investigación» por su tratamiento de síntomas del Parkinson por simulación eléctrica, ya aplicado a 150 mil personas en el mundo.
Los alemanes Bernhard Gleich y Jürgen Weizenecher obtuvieron el premio de «industria» por un procedimiento de imagen médica que permite obtener una imagen de alta resolución de los tejidos de la piel en tiempo real.
El estadunidense Robert Langer ganó el título «países no europeos» por una terapia contra las células cancerígenas gracias a los medicamentos encapsulados en plásticos biodegradables implantados directamente sobre el tumor.
Por último, Anton van Zanten obtuvo el premio «obra de una vida» por sus inventos relacionados con la seguridad del automóvil, como el sistema de control electrónico de trayectoria.
Las invenciones recompensadas «dan una nueva esperanza a los enfermos, refuerzan la eficacia de diagnósticos médicos, protegen el medio ambiente y salvan miles de vidas en las carreteras», comentó Benoît Battistelli.