El gigante gaseoso Júpiter no es sólo el planeta más grande, sino también el más antiguo del Sistema Solar, según publicaron investigadores de la Universidad de Münster en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Según este estudio, Júpiter ya se había generado cuatro millones de años después de la formación del Sistema Solar, mientras que la Tierra necesitó cerca de cien millones de años.
De acuerdo con la universidad alemana, por primera vez se ha conseguido determinar la edad del planeta, ya que hasta ahora sólo había estimaciones.
Es complicado fijar la edad de Júpiter debido a que se trata de un planeta gaseoso y por ello, a diferencia de otros planetas como Marte, no se puede tomar una muestra de roca para medir la edad.
«Si bien se han presentado modelos teóricos sobre que Júpiter debió formarse rápidamente, estos pronósticos eran muy inexactos», explica Thomas Kruijer, que entretanto trabaja en el Lawrence Livermore National Laboratory en Estados Unidos.
Los expertos alemanes usaron una vía indirecta: analizaron meteoritos que procedían del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Los asteroides se formaron entre uno y cuatro millones después de la creación del Sistema Solar, que tiene cerca de 4 mil 600 millones de años.
El análisis exhaustivo de la composición química de los meteoritos muestra que algunos de ellos se formaron dentro de la órbita de Júpiter pero otros sorprendentemente fuera de ella.
Esto significa que durante su formación no se produjo ninguna mezcla de material de las dos zonas. Para impedir este intercambio de material de manera efectiva, el joven Júpiter debía tener ya una masa veinte veces mayor a la de la Tierra actual cuando había transcurrido tan sólo un millón de años, apuntan los astrónomos.
Después de otros tres millones de años, alcanzó 50 veces la masa de la Tierra. A partir de entonces, Júpiter alcanzó muy rápido su masa definitiva, 384 veces mayor que la de Tierra.