Los grandes impactos de asteroides deforman las rocas, de tal manera que pueden producirse hábitats para la vida temprana, concluyó el equipo internacional de científicos que estudia el Cráter de Impacto de Chicxulub, tras el primer análisis de las muestras obtenidas.
El estudio recién publicado en la revista “Science” y difundido por el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), da cuenta de los primeros análisis de los núcleos recuperados del Cráter de Impacto de Chicxulub, entre abril y mayo de 2016, cuando alcanzaron a perforar hasta mil 335 metros por debajo del fondo marino.
Según el reporte difundido por el Centro, los análisis sugieren que el impacto que se produjo hace 65 millones de años deformó las rocas anulares del pico del cráter, de tal manera que las hizo más porosas y menos densas de lo que cualquier modelo había predicho.
Los organismos simples pudieron prosperar gracias a las rocas porosas que proporcionaron los nichos y los nutrientes necesarios por el agua circulante, que habría sido calentada dentro de la corteza terrestre.
En su etapa temprana, la Tierra fue constantemente bombardeada por asteroides, y el equipo ha inferido que este bombardeo también debió haber creado otras rocas con propiedades físicas similares, lo que, en parte, puede explicar cómo la vida se originó en la Tierra.
El estudio también confirmó un modelo sobre la conformación de los anillos de pico en el cráter de Chicxulub y cómo se pueden formar anillos de pico en cráteres en otros cuerpos planetarios.
El nuevo trabajo del equipo ha confirmado que el asteroide que creó el Cráter de Chicxulub golpeó la superficie de la Tierra con tal fuerza que empujó rocas, que en ese momento estaban a 10 kilómetros bajo la superficie, más abajo aún y luego hacia fuera.
Estas rocas, entonces, se movieron otra vez hacia adentro de la zona del impacto y luego hasta la superficie, antes de colapsar abajo y hacia fuera otra vez para formar el anillo de picos.
En total, las rocas se movieron una distancia de 30 kilómetros aproximadamente en cuestión de unos pocos minutos.
Joanna Morgan, autora principal del estudio y profesora del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College del Reino Unido, dijo:
“Es difícil de creer que las mismas fuerzas que destruyeron a los dinosaurios también pueden haber jugado un papel vital en la historia de la Tierra, como generar los primeros refugios para la vida temprana en el planeta”.
“Esperamos que más análisis de las muestras del núcleo proporcionarán más ideas sobre cómo la vida puede existir en estos entornos subterráneos”, añadió.
Los siguientes estudios que realizará el equipo internacional comprenden la adquisición de una serie de medidas detalladas de las muestras de los núcleos recuperados para refinar sus simulaciones numéricas.