Un robot se mueve a través de un paisaje rocoso, como la superficie de algún planeta distante de una película de ciencia ficción. Pero no es el espacio exterior, sino las laderas de uno de los volcanes más activos de Europa.
La máquina, de un metro de alto y con cuatro ruedas, realiza pruebas en el monte Etna, en Sicilia, antes de una misión futura en la Luna, en un proyecto conducido por el Centro Aeroespacial Alemán.
El programa ha reclutado expertos de Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos e Italia para investigar sobre exploración robótica de ambientes extremos (ROBEX), con el fin de mejorar los robots que se usarán en el espacio.
«Apunta a simular una misión futura de aterrizaje hipotético en la Luna o en Marte y usan muchos robots que están allí para transportar e instalar instrumental», dijo Boris Behncke, vulcanólogo del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, ubicado en Catania, cerca del monte Etna.
Los científicos también esperan usar los robots para explorar las profundidades del monte Etna y transmitir información técnica útil sobre los movimientos sísmicos. Las técnicas aprendidas en el Etna podrían ser aplicadas en misiones lunares o en la exploración de Marte.
Ya casi se ha completado una fase de prueba inicial de robótica en Piano del Lago, una desolada franja de terreno golpeada por fuertes vientos en el volcán.
Lo siguiente será la instalación de una red de equipos, incluyendo robots exploradores y drones para monitorizar actividad sísmica, que simula a la que sería usada en la Luna.