Un grupo de investigadores de la UNAM desarrolla el proyecto Observatorios Costeros del Cambio Global y Climático, para obtener series temporales largas de parámetros clave que permitan detectar variaciones reales en estos ecosistemas.
El investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, Joan Albert Sánchez Cabeza, señaló que los científicos han establecido centros de monitoreo equipados con medidores de bajo costo en zonas costeras.
Estas zonas son: Ciudad del Carmen, Campeche (Golfo de México); Mazatlán, Sinaloa (Océano Pacífico); y Puerto Morelos, en Quintana Roo (Caribe), detalló en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La información recabada en cada uno de los observatorios podrá ser utilizada por especialistas encargados de estudiar los ecosistemas de forma más especializada y contar con elementos que permitan dar sustento científico a sus conclusiones.
“Utilizamos pequeñas sondas fáciles de manipular, que cada 30 minutos colectan información de calidad, misma que recogemos mensualmente para analizarla”, indicó Sánchez Cabeza.
De acuerdo con datos de la Organización Meteorológica Mundial, los seis primeros meses de este año han vuelto a romper el récord mundial de calor, lo que implica que 2016 se convertirá en el año más caluroso para el planeta.
En un reporte de ese organismo, vinculado a la Organización de las Naciones Unidas, se señala que el deshielo en el Ártico se produjo de manera precoz y a gran velocidad, lo que constituye otro indicador del cambio climático.
El investigador abundó que para la población, la evidencia más clara del cambio climático son las temperaturas máximas que se registran y las sequías cada vez más largas al norte del país.
Además de temporadas de huracanes nunca antes registradas, sin embargo, “estos cambios ocurren en forma lenta, por lo que la sociedad les resta importancia”.
De manera que la información obtenida por este desarrollo servirá de plataforma a estudios en ecosistemas marinos diversos, y permitirá avanzar en el conocimiento de los impactos del cambio climático en las zonas costeras.
“Esperamos que el proyecto siga vivo dentro de 100 años y que para entonces haya gente interesada y trabajando en esta dirección; eso significaría que hemos tenido éxito”, agregó Sánchez Cabeza.