La misión para verificar el cese al fuego entre el gobierno de Colombia y las FARC, pactado en el marco del rechazado acuerdo de paz, comenzó este lunes, informó el presidente Juan Manuel Santos.
«Hoy comienza con @onucolombia mecanismo de verificación de cese al fuego. No más víctimas. Hay que consolidar la paz», escribió el mandatario Juan Manuel Santos en su cuenta en Twitter.
La misión tripartita realizará visitas a las 26 zonas de preagrupamiento donde se han ido concentrando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal y más antigua guerrilla del país, mientras las partes negocian un nuevo pacto tras el sorpresivo rechazo en un plebiscito a lo convenido durante casi cuatro años en La Habana.
En el marco del fallido acuerdo, las partes habían solicitado a la ONU la conformación de una misión para verificar el cese al fuego y de hostilidades bilateral vigente desde agosto, así como el desarme de los insurgentes, alzados en armas contra el Estado en 1964 tras una sublevación campesina.
Pero tras el revés electoral se desarrolló un nuevo protocolo con directrices de trabajo para la ONU, que hasta ahora se ha dedicado a la capacitación, al mapeo del terreno y al trabajo de preparación necesario para el monitoreo.
La misión cuenta en este momento con 152 observadores internacionales en Bogotá y en ocho sedes regionales, de los 400 solicitados al Consejo de Seguridad que se espera estén desplegados por completo en enero, aseguró el viernes Javier Pérez Aquino, jefe de observadores internacionales de la misión de las Naciones Unidas en Colombia.
El operativo de las «Naciones Unidas va a estar en Colombia hasta tanto sea útil y sea la voluntad de los colombianos que estemos acá», sostuvo el diplomático.
Desde que se decretó el cese al fuego y de hostilidades bilateral, ampliado por Santos hasta el 31 de diciembre, no se han reportado incumplimientos, según han informado el gobierno y la guerrilla, que de acuerdo con sus propios cálculos tiene 5.765 combatientes.
Colombia registra más de 260.000 muertos en medio siglo de violencia fratricida, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública.