En la frontera entre el norte de Nueva York y el sureste de Ontario existe un lugar compuesto por 1.700 pequeñas islas que resultan un auténtico paraíso para el turista y un destino perfecto para aquellos que buscan unas vacaciones al aire libre.
Las Mil Islas (The Thousand islands), en el curso superior del río San Lorenzo, antaño refugio de piratas y contrabandistas, es hoy en día uno de los principales secretos de la frontera entre EE.UU. y Canadá. Un lugar que se caracteriza por su belleza natural en islas grandes y pequeñas cargadas de historia y leyendas con castillos y palacetes hasta los que se puede acceder en excursiones en barco a través de las tranquilas aguas y escuchar las asombrosas historias que hay detrás de cada una de ellos.
Faros, castillos, museos marítimos, pesca, buceo y pintorescas ciudades ofrecen al visitante un mundo que parece en muchos casos detenido en el tiempo. Gran cantidad de las islas que componen el archipiélago son privadas pero otras están abiertas al público con parques, campings y alquiler de cabañas. Además, en 1914 Canadá creó el Parque Nacional de las Islas San Lorenzo que integra veintitrés islas y pequeños islotes.
Entre las islas más visitadas, aunque de propiedad privada, está el Castillo Boldt, testimonio del amor de un hombre a su esposa. En la Isla del Corazón, al otro lado del canal de navegación de Alexandria Bay, se construyó esta impresionante mansión de 120 habitaciones a la que se puede acceder por barco y visitar el castillo principal, la casa de máquinas, la casa de juego, y una pequeña casita escondida en el interior de la isla.
Aunque no es tan famoso como el Castillo de George Boldt, Singer Castle en la isla de Dark,también está abierta a los turistas. En esta propiedad privada Frederick Bourne levantó un castillo con pasadizos secretos y bodegas ocultas para mantener su licor fuera de la vista durante la época de la ley seca.
Para aquellos que prefieran las islas de mayor tamaño deben ir a la isla Wolfe, en Ontario. Con una superficie de 30 kilómetros de largo y 10 de ancho la pequeña ciudad de Marysville es la única población de la isla. El ferry es la única manera de llegar hasta la isla que cuenta con todo tipo de comercios y servicios para atender a unas 400 personas.