Poco a poco la memoria que se tiene de Carlota, Maximiliano, Diego Rivera, Frida Kahlo, Porfirio Díaz y Francisco I. Madero se hace más presente, mientras se avanza en la remodelación del Jardín Virreinal Borda, que ayer se entregó en su segunda de cuatro etapas.
Esos personajes han retornado al jardín de la casa que data de 1783, donde instituciones federales, estatales y locales reunieron recursos para que ellos —y quien quiera pasear hoy por sus senderos— se reencuentren con la historia y con la belleza natural del sitio.
Ayer se reunieron los titulares de las instituciones que hicieron posible que este pasaje histórico pueda ser contado otra vez.
El gobernador Graco Ramírez propuso integrar una figura de patronato o fideicomiso para que quien llegue en el futuro al frente de la administración “no quiera volver a convertir el lugar en discoteca ni paseo nocturno”. “Hagamos una instancia de vigía, de mantenimiento, que impida que se pierda lo que hoy se ha logrado con bastantes esfuerzos”.
Resaltó en el lugar los esfuerzos de arquitectos, restauradores, botánicos, arqueólogos, diseñadores y cronistas, entre otros, cuyo talento permitió el rescate de colores originales, de fuentes y lagos mediante la utilización de técnicas originarias a base de cal y cera.
Para conmemorar esta segunda entrega de la obra de remodelación, también se inauguró la muestra La espiral del arte, de Adolfo Best Maugard (1891-1964), artista que buscaba rescatar el patrimonio cultural. De hecho, inventó un método para que todo el mundo pudiera aprender a dibujar y lo hiciera a partir de nuestros elementos sustantivos: vegetación y grecas prehispánicas que adornan todos los frisos de Mitla y Teotihuacán, y que él incorpora en su sistema.