Con un acervo de más de dos mil obras de arte que van del siglo XIV al XX, las cuales se distribuyen en ocho salas o se preservan en su bodega, el Museo Nacional de San Carlos (MNSC) cumple este 12 de junio 49 años de resguardar la principal colección de arte europeo en México.
En declaraciones difundidas por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la directora del recinto, Carmen Gaitán, señaló que este espacio “proporciona un momento de esparcimiento, de paz, de alegría y de comprensión de sí mismo al público a través del arte, un espejo en el que a todos nos gusta reflejarnos”.
Consideró que el arte es un espejo que también refleja a las sociedades pasadas y a partir de él se rescatan historias, valores, conocimientos y memorias en obras pictóricas y escultóricas que están bajo el resguardo de este museo.
El museo fue construido por el arquitecto Manuel Tolsá (1757 -1816) a petición de María Josefa Rodríguez de Pinillos y Gómez de Bárcena, como un regalo al conde de Buenavista.
Actualmente cuenta con ocho salas en las que se exhibe obras de arte, colecciones que se guardaban en palacios o casas de abolengo de aristócratas exhibidas con la finalidad de compartir las máximas expresiones de la creación europea del siglo XIV a inicios del XX.
El acervo del Museo Nacional de San Carlos recorre siglos de historia del arte a través de los núcleos temáticos; Gótico, Renacimiento, Manierismo, Barroco, Rococó, Neoclásico, Romanticismo, Impresionismo, Academia en México y Realismo.
El museo ubicado en la Colonia Tabacalera alberga piezas de artistas como Joaquín Sorolla, Francisco de Zurbarán, Peter Paul Rubens, Piero di Cosimo, Alonso Cano, Antoon van Dyck y Bartolomé Esteban Murillo, entre muchos más.
El origen de las obras que integran la colección del MNSC es diverso: desde peticiones a artistas que pudieron haber dado cátedra en la Academia de San Carlos, pero prefirieron rechazar la oportunidad, hasta las adquisiciones a coleccionistas realizadas por encargo gubernamental.
Destaca el “Caravaggio español” que llegó al museo después de haber pertenecido al coronel inglés John Meade, quien la vendió en 1851 a Richard Ford, para subastarla en 1929 en Christie’s. De tal forma llegó a la galería Savile para posteriormente formar parte de la Spanish Gallery de Thomas Harris, donde la compró el ingeniero Alberto J. Pani en 1933 por encargo gubernamental para ser donada al INBA en 1934.
También “La Magdalena penitente”, de Francisco de Zurbarán, un ejemplo representativo de las obras que dieron tumbos por el mundo para finalmente encontrar un espacio en el MNSC.