Desde la época prehispánica y hasta nuestros días, la semilla del amaranto ha sido uno de los alimentos que ha dado identidad a México, en particular al pueblo de Santiago Tulyehualco.
Como reconocimiento a dicho cultivo y tradición, durante la clausura este domingo, de la tercera Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios que se realizó en el Zócalo capitalino, se hizo la formal Declaratoria como Patrimonio Cultura Intangible de la Ciudad de México a la “Alegría de Tulyehulaco”.
Huautli, es el termino náhuatl con el que se conocía a la planta y semilla del amaranto, hoy también se conoce como Alegría. En el pasado fue una semilla perseguida por los españoles, ya que era usado en las ceremonias religiosas, por lo que casi se erradicó su cultivo y consumo durante el virreinato y debido al proceso de evangelización.
Hoy día se puede encontrar en dulces, palanquetas, pepitorias, bombones, pan, tamales y atole de amaranto, entre muchas otras formas de consumirlo. Entre sus propiedades nutritivas, es fuente rica en proteínas, contiene aminoácidos esenciales, omega, ácido ascórbico, calcio y magnesio.
La tradición y la memoria de la dulce actividad artesanal del amaranto, que se ha pasado de generación en generación, de padres a hijos es el sustento de muchas familias de la comunidad de Tulyehualco.
El titular de la Secretaría de Cultura, Eduardo Vázquez Martín, durante la declaratoria destacó que reconocer al amaranto como Patrimonio Cultura Intangible de la Ciudad de México, “lo que se declara no sólo es la semilla, sino que se declara toda la cultura y la memoria histórica, que está detrás de su cultivo. Todos los saberes que se conservan para haber trasformado de convertir el amaranto en un dulce exquisito”.
Si la declaratoria se ha hecho, es porque el propio pueblo de Tuyehualco la propuso, reconoció el funcionario.
Durante la tercera Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios que se realizó en el Zócalo capitalino, de acuerdo a las cifras oficiales, se recibió a 450 mil 323 visitantes; hubo 671 expositores, más de 400 actividades, entre charlas, talleres, conferencias, presentaciones de libros y muestras gastronómicas. Como país invitado Ecuador, como región la Huasteca y como pueblo originario San Pedro Tláhuac.