La XIV edición de la Bienal de Venecia, que se inaugura el sábado, pretende dar una visión del pasado, el presente y el futuro de la arquitectura al recorrer cien años de esa disciplina que ha alcanzado en un siglo un lenguaje universal. Bajo el lema Fundamentals, el célebre arquitecto holandés Rem Koolhaas, que en el 2000 recibió el premio Pritzker, el máximo galardón de la arquitectura, propone como curador de la bienal veneciana indagar en las contradicciones de un siglo identificado con la pérdida de «lo nacional» y la expansión de la globalización.
Para ilustrar ese proyecto propone en los imponentes 3 mil metros cuadrados del Arsenal y en la sugestiva zona de los Jardines tres eventos: Absorbiendo la modernización de 1914 a 2014, al que contribuyen los 65 pabellones nacionales, Elementos de Arquitectura, una exposición preparada por el mismo Koolhass y Monditalia, una suerte de taller de trabajo sobre Italia con conferencias, espectáculos y charlas dedicadas a la historia de la península.
Curiosa y a la vez sorprendente resulta la exposición en la zona de los Jardines dedicada a los elementos de la arquitectura que analiza suelos, ventanas, puertas, tabiques y hasta los baños, con la reconstrucción de aquellos empleados durante el imperio romano.
La edición, que tiene como objetivo ilustrar la evolución de la arquitectura, durará seis meses en vez de tres e involucra por primera vez sectores como danza, cine, teatro y música. Después de varias bienales dedicadas a lo contemporáneo, el certamen mundial, que se clausurará el 23 de noviembre, indaga en la historia e imagina su futuro.