El poder enferma a quienes lo tienen y enferma más a los pueblos sometidos por ese poder. Fue el caso de Rusia, durante el gobierno de Stalin, cuando, incluso los artistas – quizá los integrantes sociales ‘más libres’– sufrían las consecuencias de la dictadura, de la censura, del odio. Este punto es la médula de la más reciente novela “El ruido del tiempo”, del escritor inglés Julian Barnes quien presenta la vida del gran compositor Vladimir Shostakóvich y sus choques con la ideología stalinista.
La historia del compositor es dividida en tres momentos que ayudan a activar recuerdos: justo el momento antes de entrar por la puerta de su casa, un vuelo hacia los Estados Unidos y manejando un auto. Así, estos tres acciones desencadenan la narración de la vida del músico haciendo hincapié en su relación con Stalin, quien siempre lo persiguió y lo coloco en el centro del huracán artístico, revolviéndole la vida.
Sí, desde luego es una biografía donde se nos muestra la vida amorosa de Shostakóvich, sus enemistades con otros músicos y sobre todo cuando una de sus óperas no gusta a Stalin y es perseguido por componer esa melodía ‘libre’ y ‘antisistema’. Pero esta música, censurada, hoy llega a nuestros días como una de las mejores del siglo XX, pues supo sobreponerse al ruido del tiempo: la historia y las vicisitudes que dificultan el camino de la vida. Esta rebeldía y la ambición de libertad quizá fueron lo que hicieron más rica la música de Shostakóvich. Incluso, pese a la persecución y señalamientos de Stalin, se afilió al Partido Comunista para aumentar esa rebeldía que ya lo caracterizaba y que lo ‘alentaba’, hasta cierto punto, a seguir componiendo.
El poder que pisotea todo lo que no es conveniente para sí daña no solamente, al menos en el caso de la novela, a los productos artísticos sino también a los creadores quienes en un mundo que está en su contra pierden el rumbo y la identidad. Shostakóvich a lo largo de su vida tuvo diferentes crisis, la más fuerte, desde luego, la de identidad pues, ¿qué es de un músico cuya música no puede ser interpretada?
La novela de Barnes rompe las barreras de la biografía para transformarse en una gran metáfora sobre la relación arte y poder. ¿Qué es lo que le queda a un creador al que arrinconan? La respuesta de Barnes y la de Shostakóvich es: seguir creando. Quizá no creará grandes obras (o quizá ninguna) pero al menos podrá construir momentos que lo hagan ser él mismo y luchar con el implacable ruido del tiempo.
Armando Reyes Arratia
¿Quién es Julian Barnes?
Nació en Leicester, Inglaterra, en 1946. Está considerado una de las mayores revelaciones de la narrativa inglesa de las última décadas. En español se han publicado sus novelas “Metrolandia” (Premio Somerse Maughan, 1981), “Antes de conocernos” y “El loro de Flaubert” (Premio Geoffrey Faber Memorial y Premio Médicis, 1984), “Hablando del asunto” (Premio Fémina a la mejor novela extranjera en Francia, 1991), “El sentido de un final” (Premio Man Booker, 2011) y “Una historia del mundo en 10 capítulos y medio” (1989).
“El ruido del tiempo” es del año 2016 y es publicado en español. por la editorial Anagrama