En el predio marcado con el número 16 de la calle de Guatemala, en el Centro Histórico, está el reciente hallazgo del Programa de Arqueología Urbana (PAU): el segundo templo dedicado a Ehécatl Quetzalcóatl —el dios del viento— en lo que fue Tenochtitlan, y junto a éste una plataforma y el principal Juego de Pelota, dedicado a los dioses mexicas, cuya longitud es de casi 50 metros.
Son construcciones majestuosas y muy ricas en historia, cuenta el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y adelanta que se podrán visitar cuando las excavaciones hayan terminado y se consoliden las medidas de conservación y las adaptaciones para que tengan sus andadores por donde transiten las personas y una ventana arqueológica.
En concreto, los arqueólogos trabajan para tener lista, en el futuro cercano, lo que podría ser la ciudad mexica subterránea. Esta urbe está conformada por el templo, la cancha y la plataforma, además de la exhibición de las piezas descubiertas. Al respecto, el arqueólogo Raúl Barrera explica que el INAH revisó los trabajos y ya autorizó que el sitio se exhibiera al público.
Lo que vamos a tener en este lugar, indica, será un museo de sitio, como el que está en el Centro Cultural España con el hallazgo del Calmécac. Éste, dedicado a Ehécatl, también tendrá una serie de nichos para mostrar todas las piezas que se han recuperado en el predio. “Por ejemplo, hemos descubierto fragmentos de una escultura de la deidad de la muerte, que es Miquiztli, el cual es parte de su falda con representaciones de cráneos humanos, además de una parte de un pie de una pieza antropomorfa en basalto, restos de una almena, además de piezas de cerámica. En total son seis fragmentos de escultura”.
Las piezas, explica el arqueólogo Eduardo Ambrosio Lima, son parte de los descubrimientos de la temporada 2016 y son ocho piezas completas de cerámica, artefactos de piedra y fragmentos de escultura, que en total suman casi 40.
Eduardo Matos Moctezuma señala que se va a descubrir el templo dedicado a Ehécatl y que pertenece a los dueños del Hotel Catedral. “Una parte, la que está en este terreno atrás del hotel, tendrá una ventana trasparente para que la gente lo pueda observar, pero además podrá bajar y recorrer los andadores que llegan hasta el juego de pelota, esa parte será subterránea, porque está debajo de lo que hoy es la calle de Guatemala.
En este punto, Raúl Barrera explica que los dueños del Hotel Catedral han colaborado de manera excepcional y de manera admirable para llevar a cabo el rescate de los vestigios mexicas. “Ellos van a realizar una construcción para ampliar su hotel, pero están de acuerdo en que este nuevo edificio se adapte a las necesidades de este sitio prehispánico”.
La identificación del templo de Ehécatl, añade Matos Moctezuma, es muy importante, porque con éste ya son cinco los recintos dedicados a esta deidad que son encontrados. Uno está debajo del Sagrario Metropolitano de la Catedral y éste en la calle de Guatemala, con lo que son dos en lo que fuera Tenochtitlan; mientras que los otros tres están en Tlatelolco.
“En Tlatelolco hay uno, que quizá fue el primero en descubrirse y me tocó excavarlo a mí. Era el año 1962. Después se encontraron otro más con una serie de enterramientos frente al edificio, y el último se acaba de dar a conocer, a final del año pasado. Es un edificio con las mismas características y también está posicionado hacia el oriente”, recuerda Matos Moctezuma.
Sobre estos recintos, el arqueólogo cuenta que tienen una forma muy peculiar: son cuadrangulares y la fachada principal es su escalera, pero la parte de atrás es circular. “Son las características de esos templos, además de que están en posición hacia el oriente. “¿Porqué lo hicieron así los mexicas?”, se pregunta Matos Moctezuma y cuenta que el mito del surgimiento del Quinto Sol en Tenochtitlan relata que una vez estaban reunidos los dioses en el momento que va a salir el Sol, pero no saben por dónde lo hará. Y empiezan a especular entre ellos, unos dicen que será por el norte, otros por el sur, y el que atina es Ehécatl Quetzalcóatl, quien asegura que saldrá por el oriente. Es por eso que estos templos están en posición hacia el oriente, por donde nace el Sol cada día.