En la entrega por primera vez a un mexicano, el poeta Eduardo Lizalde, del Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Español, el presidente Enrique Peña Nieto ofreció la defensa, por parte del gobierno, a la libertad creativa y de expresión.
«Esa libertad, además de generar obras de arte, aporta al debate de las ideas y, sobre todo, fortalece y enriquece nuestra democracia», estableció.
Ofreció además continuar con el apoyo a los creadores y de ese modo, la belleza de sus obras: arte popular, danza, cine, literatura, artes plásticas y composición musical, entre otras, «sigan enriqueciendo y asombrando al mundo».
El florecimiento del artes y el pensamiento deben realizarse en absoluta libertad, dijo el mandatario. «Los creadores, artistas, escritores e intelectuales, generan obras de indiscutible valor y nos ayudan a admirar la complejidad y riqueza de nuestra época».
En Los Pinos, el presidente Peña destacó el valor de la creación literaria de Lizalde, considerado «el poeta vivo más importante de México», así como de quien da nombre al premio, Carlos Fuentes.
Empero, al referirse al autor de la estatuilla símbolo del galardón, lo identificó como Vicente «Rojas», en lugar de Vicente Rojo, quien se encontraba además presente en la ceremonia.
Sobre el autor del El tigre en la casa y expresiones de aquél en otros momentos respecto de que la poesía nunca alcanza en vida del poeta tirajes tan grandes como pueden tener algunas obras de Fuentes, el mandatario manifestó otras expectativas:
«Su legado como poeta, ensayista y traductor ocupa ya un lugar privilegiado en las letras mexicanas. Estoy seguro de que este premio contribuirá a que su obra trascienda generaciones.»
Resaltó la trayectoria de Eduardo Lizalde como difusor de la cultura, integrante de la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y donde su rector, Enrique Graue y muchos integrantes del área de Extensión acudieron a la ceremonia.