La Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) presentará Coppélia, un ballet de repertorio tradicional completamente clásico que contará con diversos elencos en los roles principales. Las funciones se llevarán a cabo el sábado 16 de abril a las 19:00 y los domingos 17 y 24 a las 17:00 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Las parejas de bailarines Mayuko Nihei y Argenis Montalvo, Agustina Galizzi y Erick Rodríguez, y Ana Elisa Mena y Roberto Rodríguez serán los encargados en esta ocasión de dar vida a Swanilda y Franz, personajes primarios en la coreografía de Enrique Martínez, a partir de la versión de Marius Petipa, que ofrecerá la agrupación mexicana, con la música de Léo Delibes. El diseño de escenografía y de vestuario es de Eugenio Servín, y el de iluminación, de Víctor Flores.
En entrevista, Tihui Gutiérrez, maestra de la Compañía, explicó que en los ballets de repertorio y clásicos reside en los intérpretes la responsabilidad de inyectarles sangre nueva a los roles y reinventarlos. “Por eso es tan importante que los bailarines tomen a cada personaje como si fuera fresco y nuevo, para darle al público esa verosimilitud en cada una de las funciones”.
Asimismo, consideró que un ballet clásico logra mantenerse vigente con la participación de nuevos bailarines. “Laura Morelos, Sylvie Reynaud y yo fuimos quienes justamente bailamos en 1989 la versión de Enrique Martínez, y ahora se ha montado con las nuevas generaciones de bailarines. Así es como funciona el ballet: al transmitir el acervo de una generación a otra”.
La primera versión de Coppélia, con coreografía de Arthur Saint-Léon, libreto de Charles-Louis-Étienne Nuitter y música de Delibes, fue producida por la Ópera de Paris y estrenada el 25 de mayo de 1870, durante la última fase del Segundo Imperio Francés, ante una audiencia que incluyó a Napoleón III y a su esposa, la emperatriz Eugenia.
Coppélia es también una obra con grandes retos y dificultades técnicas para los bailarines. “Normalmente en los ballets clásicos el despliegue técnico va en aumento, pero en este caso se abre el telón y Swanilda tiene una variación muy fuerte, además de que en el segundo acto baila todo el tiempo. Es un reto técnico y de resistencia importante, en el que además se debe contar la historia”.
Puntualizó que es un espectáculo para todo tipo de público y para que los infantes se introduzcan a esta disciplina artística. “Coppélia y La niña malcriada son ideales para un público joven porque hay mucha travesura, las historias son muy claras y suceden muchas cosas. Además, no hay un escenario más bello para ver esta puesta en escena que el Palacio de Bellas Artes”.