El artista Marcel Duchamp está presente en el Festival Internacional Cervantino a partir de Marcel Duchamp, una partida entre mí y yo, libro realizado por François Olislaeger, que narra el entrecruzamiento que hubo entre la vida y obra del artista francés.
El contenido del libro editado por Turner fue ampliado a gran escala, con el objetivo de que el espectador lea el texto desde otra perspectiva, pues en conjunto, parece un acordeón que alcanza una distancia de 60 metros de largo.
En la exposición, que estará hasta el 29 de octubre en el Auditorio del Estado, de Guanajuato, se aborda la vida y obra de Marcel Duchamp, a partir de temas como el azar, el caos y la cuarta dimensión, con lo que además se aprecia una biografía no lineal.
“Con esta biografía, que más bien parece un acordeón, se apoya lo que me interesaba de este artista: su lado como caminante. Es una exposición en la que pareciera que el espectador se puede introducir en un libro”.
NOVELA GRÁFICA. El ilustrador François Olislaeger no sólo forma parte de la “fiesta del espíritu” con la exposición Marcel Duchamp, una partida entre mí y yo, pues acude a la mayoría de los espectáculos, en donde realiza una serie de representaciones.
“Vengo a dibujar todo el evento del Festival Internacional Cervantino, es algo que hice hace muchos años en el Festival de Teatro de Aviñón, en Francia. Estoy con mi cuaderno de dibujo, voy a las funciones de teatro o conciertos como un espectador. Al final quedará como una historieta, novela gráfica, todo lo escaneo y lo pongo en la página del IFAL (https://ifal.mx/olislaeger-cervantino/)”.
El artista comenta que sus creaciones también son para aquellos que no pudieron asistir al encuentro, o bien, para quien desee conocer el contenido de determinada propuesta, por lo que realiza entre 10 y 30 dibujos de cada función.
“Es otro tipo de novela gráfica, que en Francia se conoce como reportaje animado, un poco parecido a lo que hacen los reporteros, pero de manera artística. Es una propuesta distinta de la foto, porque hay una mirada más personal. A veces, al comienzo de una escena, inicio mi obra y termino el dibujo cuando ya está otra escena. No son imágenes fijas, es más bien la reconstitución de un momento, que a veces produce imágenes que no existen en la realidad, porque son la mezcla de tres o cuatro momentos distintos de una obra”.
Al final del Festival de Teatro de Aviñón, Olislaeger recopiló sus creaciones para realizar un libro, con lo que según recuerda, encontró una nueva narración, una especie de poesía o Déjà vu, pues se dio cuenta que compartía los mismos recuerdos con varios de los espectadores.
El ilustrador añade que su experiencia en Guanajuato ha sido muy gratificante, debido a la gran cantidad de colores que puede encontrar, aún más cuando sale de los túneles y encuentra decoraciones hechas con papel o las fachadas de las viviendas, que se suman a la amplia variedad de propuestas artísticas.
“Es como leer un libro de historias chicas de varios autores, pasar de un universo a otro, con lo cual se tiene un día de enorme riqueza, con un espectro de estilo tanto del medio como el lugar de origen de donde provienen los artistas. Intento estar atento para poder recibir las cosas de manera muy sensible, intento no saber nada de la obra antes de ir, para hacer una escritura automática”.
A Marcel Duchamp se le recuerda, entre otros aportes, por el concepto ready-made, con el que François Olislaeger siente una relación estrecha, pues las propuestas artísticas son “como una madera para una búsqueda personal de narración”.