El escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro fue galardonado ayer con el Premio Nobel de Literatura 2017 por la “fuerza emocional” de sus novelas que han descubierto “el abismo más allá de nuestro ilusorio sentimiento de conexión con el mundo”.
Un fallo sorprendente que enlaza con la línea de elecciones inesperadas de la Academia Sueca en los últimos años y en el cual añade que “Ishiguro aborda temas como la memoria, el tiempo o la autodesilusión”.
Si en 2016 distinguió por primera vez el reportaje periodístico con la bielorrusa Svetlana Alexiévich y el año pasado traspasó el umbral de la literatura convencional con el cantautor estadunidense Bob Dylan, ahora ha regresado al campo más puramente literario, pero optó por un autor que no figuraba en las quinielas previas y el segundo en lengua inglesa de manera consecutiva.
En declaraciones posteriores al fallo difundido en el antiguo edificio de la Bolsa de Estocolmo, la secretaria permanente de esta institución, Sara Danius, consideró a Ishiguro, autor de ocho libros, “un novelista brillante” que desarrolló su propia estética y “un magnífico artista de la lengua”.
“Si mezclas a Jane Austen y a Franz Kafka, tienes a Kazuo Ishiguro. Tienes que añadir también un poco de Marcel Proust en la mezcla”, dijo Danius sobre el autor de Los restos del día (1989), popularizada por la película homónima que protagonizó Anthony Hopkins y Emma Thompson en 1993.
Es, agregó, un novelista “brillante”, un escritor “de gran integridad que no mira para otro lado” y además ha desarrollado un “universo estético” único.
“Está muy interesado en entender el pasado pero no es un escritor proustiano, no trata de redimir el pasado, explora lo que hay que olvidar para sobrevivir como individuo o como sociedad”, explicó.
Sobre las obras de Ishiguro, Danius aseguró que todas ellas son “maravillosas y verdaderamente exquisitas”, pero mostró su predilección por su última novela, El gigante enterrado (2015), aunque también hizo hincapié en que Los restos del día es una “obra maestra”.
DESEO. En una conferencia de prensa en su casa en Londres, ganador del Nobel de Literatura expresó su deseo de que este reconocimiento ayude a “unir a las personas a nivel internacional”.
El autor de 62 años explicó que “vivimos un periodo de la historia donde todo el mundo se está mirando a sí mismo y las personas en sus comunidades intentan separarse”.
“Estamos en peligro de perder una visión internacionalista del mundo y creo que algo como el Premio Nobel ayuda a unir a las personas a un nivel internacional”, reflexionó al ser preguntado por sus sentimientos ante el Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea.
El Nobel le llega, explicó, “en un momento en el que el mundo afronta incertidumbre sobre sus valores, liderazgo y su seguridad”.
Además dijo que al recibir este “enorme honor”, pueda, de alguna manera, “alentar a las fuerzas del bien y de la paz. Me sentiría profundamente conmovido si pudiera de alguna manera contribuir a crear una atmósfera positiva en tiempos de gran incertidumbre”.
“De una manera muy pequeña, confío en que algunos de los temas que he intentado abordar en mi obra —sobre historia, no ya solo sobre mi memoria personal, sino sobre la manera en que países y naciones y comunidades recuerdan su pasado y sobre con cuánta frecuencia entierran los recuerdos incómodos del pasado— sean de ayuda al clima que tenemos actualmente”.
Ishiguro señaló que recibir el Premio Nobel fue algo “maravilloso y totalmente inesperado” y confesó que se siente “avergonzado” al haber sido condecorado con el galardón más relevante de la literatura “al haber tantos grandes autores vivos a los que no se lo han dado”.
Autor de ocho obras, en su trayectoria se percibe la predilección por temas como la memoria, el tiempo y el autoengaño, según recordó ayer la Academia sueca, que premió la “fuerza emocional” de su escritura y el haber descubierto “el abismo más allá de nuestro ilusorio sentimiento de conexión con el mundo”.