El trabajo, el desempleo, el dinero, la familia, los amigos, el amor, la muerte, la soledad y el olvido, son temas del más reciente libro de cuentos de la periodista y escritora Cristina Pacheco, “El eterno viajero”, el cual reúne 47 relatos escritos entre 2014 y 2016, y publicados en la sección dominical Mar de Historias de La Jornada.
Publicado por la editorial Océano en su colección Hotel de las Letras, dichas historias fueron seleccionadas entre el material que la autora ha escrito –uno cada semana-, durante ese periodo.
Durante la selección y revisión del ese material, explica Pacheco, “se sufre mucho porque es entonces cuando uno se da cuenta de los errores, cuando uno ve que se equivocó de nombre o lo repitió, considerando que son escritos muy rápido.
“Lo que hice fue releerlos y criticarme severamente. Reescribí sólo algunos fragmentos. Luego intenté articular un contraste entre todos los textos. Traté de darle cierta variedad al libro.
“Mis historias quiero que suenen reales, aunque paradójicamente muchas personas creen que las historias que escribo son reales y no, nada es real, son historias que salen de una serie de experiencias de vida, de recuerdos o lecturas”.
De acuerdo con los editores, en el libro se rinde homenaje a José Emilio Pacheco, con el cuento que da título al libro El eterno viajero, en el que la autora relata cómo, a pesar de las distancias y los viajes, una pareja mantiene su vínculo a través de la escritura y cuando las cartas ya no son suficientes, es necesario llevar un diario –o varios- para contarse la vida “hasta el día en que vuelvas”.
La anécdota que inspiró ese título, comenta la escritora y periodista, “fue cuando en el velorio (de su esposo, José Emilio Pacheco), el doctor Narro Robles se acercó a saludarme y a lo que él me dijo le contesté: yo voy a pensar que él se fue de viaje, y el doctor Narro entonces me dijo: claro que sí: se fue de viaje. Luego de eso, me senté a imaginar y escribir la escena que podría haber sido posible, si yo lo hubiera ido a dejarlo a la estación”.
Para Cristina Pacheco, la urbe “es de cierta manera un personaje que está detrás de todos los personajes, es el eco, la sombra, aunque no se le mencione. Ella está ahí. Lo que me duele es ver su deterioro, me duele ver que ha entrado a una especie de locura, que no sabemos hacia dónde va. La veo deshilachada, corrompida, y me duele profundamente porque es una maravillosa y noble ciudad, hermosa y fuerte, la mejor contadora de historias”.
Para concluir, Pacheco agradeció la generosidad y hospitalidad del periódico La Jornada, donde dijo, “me han permitido publicar durante 31 años Mar de Historias, un cuento cada semana”.