En “El tango: Cuatro conferencias”, el escritor explica cómo éste fue un símbolo de felicidad para los argentinos y que estudiarlo equivale a estudiar las vicisitudes del alma argentina
Publican libro sobre conferencias de Borges acerca del tango. La editorial ahora alista la publicación de un libro con una selección de correspondencia que Borges mantuvo con María Kodama.
En sus orígenes, el tango se bailaba entre hombres, tuvo sus inicios en la milonga y en la habanera, surgió como un baile valeroso y feliz, pero después se languideció. Ésas son algunas de las ideas que pronunció Jorge Luis Borges (1899-1986) en cuatro conferencias durante el mes de octubre de 1965, a las siete de la noche en un departamento del barrio porteño de Constitución, Argentina, las cuales fueron transcritas para publicarse por primera vez bajo el título El tango: Cuatro conferencias, libro que ya circula en las librerías del país.
“Con esta publicación te acercas a un Borges distinto, a un Borges oral, cercano y divertido. Esperamos que la edición intente completar el caleidoscopio que fue el personaje de Borges, porque conferencias como éstas son joyas que vamos descubriendo poco a poco”, comentó la editora Fernanda Álvarez, editora del sello Penguin Random House.
Las grabaciones que dieron origen al libro llegaron a manos del escritor Bernardo Atxaga hace 15 años, cuando José Manuel Goikoetxea le entregó unos casetes que anteriormente habían pertenecido a un gallego que vivió en Argentina y trabajó para un productor musical en Alemania, audios que fueron escuchados por la viuda de Borges, María Kodama, quien confirmó la autenticidad de la voz de su esposo.
En las cuatro conferencias, Borges explica que el tango fue un símbolo de felicidad para los argentinos y que estudiar ese ritmo es equivalente a estudiar las vicisitudes del alma argentina. El autor de El Aleph narra que en 1929 aprovechó el segundo Premio Municipal de Literatura, que constó de 3 mil pesos, para realizar un libro sobre su antiguo vecino de Palermo, el poeta Evaristo Carriego, quien lo llevó a indagar en el tema del tango.
“La fecha del origen del tango no es 1929 ni 1936, es 1880 cuando surge de manera oscura y clandestina, en Buenos Aires. ¿Cómo era ese Buenos Aires de 1880? Mi madre ha cumplido 88 años, de suerte que algo recuerda de entonces. Yo conversé también con el doctor Adolfo Bioy, he hablado con mucha gente. Todos me dan una imagen análoga, que podría compendiarse diciendo que todo Buenos Aires era entonces barrio Sur”, escribió el autor argentino.
El tango dijo Borges, salió de las casas malas, es decir, de los burdeles o prostíbulos. “Ahora, esas casas estaban situadas en todos los barrios de la ciudad, pero había algunos barrios, digamos, especializados. Y esos fueron la calle del Temple y el barrio tenebroso, es decir, Junín y Lavalle (…) pero había casas en toda la ciudad en donde la gente jugaba la baraja, tomar un vaso de cerveza y bailar tango”.
En palabras de la editora Fernanda Álvarez, en este libro los lectores pueden conocer un poco de la historia de Buenos Aires, lejos del estereotipo de una ciudad con callejones en donde resonó música melancólica.
“Son conferencias en donde uno entiende el origen del tango, que era música para la valentía del hombre, para cantarle a su tierra. Tiene esa parte de alegría e identidad pero es una identidad que llega después, que no está planteada en Carlos Gardel (el máximo representante del tango). Hoy, cuando escuchamos esa música pensamos que la identidad argentina está en los últimos tangos y no en los primeros. Borges plantea que fue una música alegre que marcó el nacimiento de un Buenos Aires ajeno al de hoy y el que no podemos entender si no leemos este libro”, precisó.
Además, añadió, en la lectura de estas conferencias se advierte a Borges cantando un tango y recitando estrofas de poemas como Los bailarines de Tríptico del tango, A la salú del ejército entrerriano y correntino de Paulino Lucero. También el escritor argentino revela que su milonga favorita era Pejerrey con papas y su tango preferido es El choclo, por ser el primero que escuchó.
Sobre el origen oscuro de tango, el autor de El libro de arena pronunció: “esto confirma algo que yo he visto muchas veces, algo que vi a principios de siglo siendo chico, en Palermo, y que vi, mucho después, por las esquinas de la calle Boedo, antes de la segunda dictadura. Es decir, he visto a parejas de hombres bailando el tango, digamos al carnicero, a un carrero, acaso con un clavel en la oreja alguno, bailando el tango al compás del organito. Porque las mujeres del pueblo conocían la raíz infame del tango y no querían bailarlo”.
En las conferencias Borges también habla de los personajes claves en el tango: los compadritos, guapos, niños bien o patoteros y las malas mujeres. “Los niños bien, patoteros, que eran gente de armas llevar, o de puños llevar, porque fueron los primeros boxeadores del país, lo llevaron a París”, comentó.
Fue de esa manera que el tango fue bailado hombre con mujer, ya no hombre con hombre, en Londres, Roma, Viena, Berlín y San Petersburgo, es decir, el tango se adecentó y apareció el bandoneón pues antes sólo incluía piano, flauta, violín y cornetín, así iniciaron los años de auge del tango, entre 1910 y 1914.
“En lo personal este libro, me permitió acercarme a un Borges niño y entender la importancia del sur para él, es valioso porque pinta el paisaje de ese Buenos Aires del sur, de las casas, de cómo se veían, de sus amigos o de la gente con la cual se iba codeando. También se cruzan las referencias del Borges lector Walt Whitman o Leopoldo Lugones, entonces el libro se convierte en una charla de café”, indicó la editora.
Por último, Fernanda Álvarez adelantó que el próximo libro sobre Borges que publicarán será una selección de correspondencia que mantuvo con María Kodama. “Hay un libro sobre cartas de María Kodama y Borges que vamos a publicar el otro año. Es un libro de 250 páginas, que nos revelará otra parte de Borges. Las misivas se habla de encuentros, literatura, reflexiones, cuestiones personales”, dijo.