La planta baja del Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide- alberga 30 piezas del pintor mexicano Cristóbal de Villalpando (1649 – 1714), provenientes de colecciones privadas y públicas y que muestra la visión religiosa del artista novohispano. Algunas fueron descubiertas durante los últimos 20 años.
Desde la entrada es perceptible Moisés y la serpiente de bronce y la transfiguración de Jesús (1683), obra que mide más de ocho metros, en la que se pueden ver representaciones de pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, y que para esta muestra fue sometida a un proceso de restauración.
Alrededor de la obra que estaba en la Catedral de Puebla fueron dispuestas El Dulcísimo Nombre de María, Sagrada Familia, Purísima Concepción y Anunciación, entre otras creaciones del pintor mexicano, además de dos pantallas en las que se reproducen videos con piezas que no forman parte de Cristóbal de Villalpando. Pintor mexicano del barroco.
Hace 20 años hubo una revisión con respecto a la obra del artista, tiempo en el que se encontraron nuevas creaciones que no fueron referidas en el “catálogo razonado que hicimos en 1998, lo cual es otro de los objetivos de la curaduría, presentar algunos de los ejemplos”, dijo Cándida Fernández de Calderón, directora de Fomento Cultural Banamex.
Parte de la curaduría estuvo a cargo de Clara Bargellini Cioni, quien con respecto a los hallazgos enfatizó sobre la necesidad de los estudios del patrimonio de México. “Sabíamos que algunas obras habían estado en algún momento porque habían fotografías viejas, una de esas se encontró en la Colección de la Basílica de Guadalupe, un cuadro de San Ignacio de Loyola. Falta San Francisco Javier”.
Clara Bargellini comentó que De Villalpando fue un católico confeso, sobre todo si se considera que estaba la Santa Inquisición, por lo que también se hallaron pinturas en el Museo del Virreinato de Tepotzotlán, presentes en la muestra a través de un video.
Al reflexionar sobre la evolución de la técnica de Cristóbal de Villalpando, Clara Bargellini comparó Cristo en el aposentillo y Lamentación por Cristo muerto, en las que a pesar de no estar fechadas, se pueden ver diferencias:
“Si se ve Lamentación por Cristo muerto es muy importante la línea, los contornos, están muy definidos los cuerpos. Se puede imaginar que aquí hay un dibujo bastante preciso, un boceto con formas definidas. En Cristo en el aposentillo hay algo de dibujo pero los contornos se pierden”.