Ricardo González se convirtió en el primer mexicano que gana una carrera de la Federación Internacional de Automovilismo en el autódromo Hermanos Rodríguez, primero en la categoría LMP2 en las Seis Horas Ciudad de México, competencia en la que se coronó el equipo Porsche con el alemán Timo Bernhard al volante.
El portugués Filipe Albuquerque cruzó la meta en primer lugar (sexto general), para dar la victoria al equipo RGR Sport by Morand, del que González es propietario y piloto, además de promotor de la carrera con la que regresó a México el Campeonato Mundial de Resistencia después de 25 años.
El Ligier JS P2 Nissan, que también condujo el brasileño Bruno Senna, se llevó el triunfo al cabo de 210 vueltas, delante del Alpine Signatech, conducido por el francés Nicolas Lapierre, el estadunidense Gustavo Menezes y el monagués Stephane Richelmi.
Albuquerque fue el máximo responsable del triunfo del RGR del mexicano, pues tomó el volante en los momentos críticos, como el descontrol en el que cayó González hacia la segunda hora de carrera, al cerrársele a un grupo en la curva previa al Foro Sol.
El bólido del nacional, que partió en la punta de la categoría subestelar tras lograr los mejores tiempos de calificación, fue advertido y perdió un puesto en la carrera, pero Albuquerque recuperó la vuelta y después se combinó con el tercer piloto, el brasileño Senna, que lo mantuvo sin percances.
A media hora del final, el portugués se enfrascó en una lucha con Lapierre, que arreció al ritmo de la lluvia, y finalmente se impuso al sacar el auto por delante en una arremetida del francés hacia la recta.
Con el equipo de González en el centro del podio, Albuquerque también se enfundó en la bandera mexicana mientras se entonaba el Himno Nacional.
Los otros mexicanos, Roberto González (hermano de Ricardo) y Luis Chapulín Díaz, al volante en el cierre, y el brasileño Bruno Junqueira, del Greaves Motrosport, terminaron en el décimo puesto, mientras en el Manor, Picho Toledano abandonó en el segundo tercio de la competencia.
Los pilotos de Porsche se llevaron la bandera a cuadros de manera sorpresiva sobre los dos equipos de Audi que habían dominado las calificaciones.
El alemán Bernhard tuvo el turno del cierre al mando del Porsche 919 Hybrid, pero fue el australiano Mark Webber, ex Fórmula 1, quien capitalizó la competencia para el equipo germano, en el que también condujo el neozelandés Brendon Hartley.
Bernhard sobrevivió a la presión final del Audi R18, para las últimas vueltas comandado por el francés André Lotterer, quien perdió el control y se despistó, aunque alcanzó a cerrar en la misma vuelta, la 230, en segundo puesto, mientras el tercero en el podio fue el Toyota Gazoo Racing, en ese momento conducido por el también galo Stephane Zarrazin.