Cuatro mujeres muy diferentes que convergen el primer día de trabajo en la nueva sede de la compañía telefónica nacional y cuyas vidas se entrelazan, para bien y para mal, es la premisa de la primera serie española que Netflix que se estrena mañana, viernes 28 de abril, en más de 190 países.
Las chicas del cable es una serie de época, con el glamour de finales de los años 20 en un Madrid convulso donde coinciden unas operadoras de telefonía pioneras que dejan atrás a maridos, pueblos, familias o incluso un pasado criminal, para abrazar el mercado laboral y toda la vida social que éste arrastra.
Para Blanca Suárez, la actriz de 28 años que encabeza el reparto como Lidia, «es una época en el que se inicia un movimiento feminista muy grande» en el que oficinistas como las que interpretan en la serie «no lideraron el movimiento feminista como tal, pero lucharon para que estemos aquí todas hoy trabajando».
La serie, que actualiza el glamour de la época con decorados y vestuarios, sin atarse a la veracidad histórica si hace falta añadir dinamismo a la trama o a la banda sonora, se enmarca dentro de la estrategia de Netflix de ofrecer contenidos locales, ideados y rodados con talento local, pero que se ponen a disposición de una audiencia global.
Las expectativas ante el estreno en todos los países donde la plataforma está disponible abruman a algunas integrantes del reparto, como Ana Fernández (Carlota) y Ana Polvorosa (Sara, la jefa de las telefonistas), miembros destacados de una nueva generación de actrices que están despuntando en el cine, el teatro y la televisión.
A ellas se suman Maggie Civantos (Ángeles), Nadia de Santiago (Marga) y, como parte de los papeles masculinos que en esta serie toman un asiento de segunda fila, Yon González (como Francisco, director de la empresa telefónica) y Martiño Rivas (Carlos, el hijo del propietario de la empresa).