Un documental sobre la zona arqueológica de Teotenango que narra cómo en el año 600 d.C. un grupo agrícola de origen otomí se instaló en ese poblado sureño del Valle de Toluca, cómo los teotihuacanos construyeron un centro ceremonial de colores rojo y ocre en la cima de un cerro llamado Tetépetl y por qué el nombre correcto del sitio es “Teotenanco”, se estrenará este jueves a las 17:00 horas en el Teatro Municipal de Teotenango y formará parte del acervo audiovisual del INAH.
“Es un documental de 22 minutos, en ese tiempo se narra cómo se funda la antigua ciudad, se muestra cómo se compone la zona arqueológica, es decir, la parte rescatada por el INAH, ya que sólo se ha rescatado aproximadamente el 20% del sitio. Después el video cuenta la llegada de los españoles y cómo los pobladores son obligados a bajar al valle y fundar una nueva villa”, señala Cuitláhuac Martín Gómez Salinas, realizador del documental Teotenanco. El lugar de la muralla divina.
El interés del productor es que la gente conozca la zona arqueológica y la importancia de ésta. “La historia indica que en el 600 d.C. un grupo agrícola de origen otomí se instaló en una ladera del cerro Tetépetl, luego llegó un grupo de sobrevivientes de Teotihuacán, quienes ocuparon la parte superior del pueblo, lo que hoy resguarda del INAH. Ahí hay varios asentamientos, por ejemplo de los fundadores, existe un juego de pelota y casas originales del grupo teotenanca”.
Años después, narra Cuitláhuac Martín, llegó una invasión de un grupo matlatzinca, quienes construyen sobre la antigua ciudad una gran parte del conjunto que hoy se puede visitar, por ejemplo, dos basamentos piramidales en la plaza principal y un templo dedicado a Quetzacóatl.
El documental también explica que a la llegada de los matlatzincas el sitio fue modificado con características militaristas que se evidencian con restos de una muralla que tenía paredes de hasta de 10 metros de altura y 1.50 metros de ancho hecha a base de piedra sin mortero, a manera de albarrada y siguiendo los accidentes topográficos del terreno, estructura que se plantea tuvo 2 kilómetros de longitud.
Sobre el interés de Cuitláhuac Martín por documentar el pasado de México, indica que se debe a que su padre, en 1968 inició una documentación sobre Teotenanco de forma amateur, pero años más tarde esa pasión hizo que propusiera al gobierno municipal, el rescate de la zona y la construcción de un museo de sitio, proyecto que se inició en 1971 por parte del INAH.