La nave espacial Voyager 2 de la NASA voló sobre Urano hace ya 30 años, pero los investigadores todavía están haciendo descubrimientos de los datos que consiguió enviar. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Idaho sugiere que Urano podría tener dos pequeñas lunas que todavía no han sido descubiertas cerca de dos de sus anillos. Serían muy pequeñas, apenas de 4 a 14 km de diámetro.
Rob Chancia detectó patrones clave mientras estudiaba las imágenes de hace décadas de los anillos helados de Urano tomadas por la Voyager 2 en 1986. Se dio cuenta de que la cantidad de material en el borde del anillo alfa -uno de los más brillantes de los múltiples anillos de Urano- cambiaba periódicamente. Un patrón similar aún más prometedor se produjo en la misma parte del anillo beta vecino.
“Cuando miras este patrón en diferentes lugares alrededor del anillo, la longitud de onda es diferente. Eso apunta a algo cambiante a medida que avanzas por todo el anillo. Hay algo que rompe la simetría”, dice Matt Hedman, profesor de Física en Idaho, que trabajó con Chancia para investigar el hallazgo. Sus resultados serán publicados en The Astronomical Journal y aparecen en la página de preimpresión arXiv.
Chancia y Hedman, con una gran experiencia en el estudio de anillos planetarios -han estudiado los datos de Saturno dados por Cassini-, pudieron ver los de la Voyager 2 con una nueva perspectiva. En concreto, analizaron las ocultaciones de radio – hechas cuando la Voyager 2 enviaba ondas de radio a través de los anillos para ser detectadas en la Tierra- y las ocultaciones estelares, hechas cuando la nave medía la luz de las estrellas de fondo que brillaban a través de los anillos, lo que ayuda a revelar la cantidad de material que contienen.
De esta forma, encontraron que el patrón de anillos de Urano era similar a las estructuras relacionadas con la luna en los anillos de Saturno.
Los investigadores estiman que las pequeñas lunas hipotéticas de los anillos de Urano tendrían de 4 a 14 kilómetros de diámetro, tan pequeñas como algunas lunas de Saturno identificadas, pero más pequeñas que cualquiera de las de Urano conocidas. Los satélites de Urano son especialmente difíciles de detectar debido a que sus superficies están cubiertas de material oscuro.
“No hemos visto las lunas todavía, pero la idea es que el tamaño de las lunas que se necesita para realizar estas formaciones es bastante pequeño, y fácilmente podríamos haberlas pasado por alto», dice Hedman. «Las imágenes de la Voyager no eran lo suficientemente sensibles como para ver fácilmente estas lunas”.