Anunció su concierto-celebración por sus 20 años de trayectoria artística, el cual se realizará el 13 de mayo en El Plaza Condesa. En la fiesta la acompañará la Banda Filarmónica Tradicional Sandavi, de la Mixteca.
Ante las ideas preconcebidas, la reivindicación sincera de la identidad. La tierra es el origen y principio, es el viento y el clima. En El Plaza habrá danzones, boleros, sones, danzonetes, chilenas… el ayer y hoy que resuena.
Susana Harp nació el 8 de abril de 1968 y su tesitura es la de soprano ligera. La bonhomía la ha caracterizado mediante la Asociación Cultural Xquenda (alma). Esto se relaciona con una costumbre indígena-mestiza: el tequio, dar en comunidad al otro cuando lo necesita.
Reconoce que sus paisanos son difíciles para aceptar al otro, lo cual tiene que ver con un pasado de pobreza. Mucho se habla del tiempo que se mantuvo en el poder Porfirio Díaz, pero poco se habla de los años de don Benito, el inmarcesible, quien apenas y movía un músculo del rostro. Popularmente, los oaxaqueños suelen admitir que son de trato capcioso, tanto que hasta el queso lo hacen bola. A esa caracterología o mínima antropología humana se ha enfrentado Susana Harp en su propia tierra.
Son más los buenos momentos y hoy sintetiza dos décadas de vida artística: “Me siento muy satisfecha de lo que hago. Cuidamos el aspecto musical, lo que estamos recopilando. Esto no lo cambiaría nunca. Lo más lindo es haberme dado esta oportunidad de vida, porque seguramente una disquera me diría que no, olvídalo… ¡estás perdida! (entre carcajadas). Es un gran lujo poder vivir dignamente de tu trabajo y ser congruente, y seguir exactamente lo que tu pasión suele hacer. Sólo así vas a hacer algo que valga la pena. Habrá quien haga las cosas con un sobreagudo espectacular que yo no voy a hacer ni voy a poder dar, o con un gran grave, pero lo que yo puedo dar al máximo lo doy en cada disco.
“Me he encontrado cosas complicadas en mi carrera. Mucha gente cree que soy pariente de Alfredo Harp, de sangre y de cuenta bancaria; es un poco complicado explicarles que no. Como en todas las familias, hay gente muy exitosa y la que ha tenido éxito de otra forma. No forzosamente es lo económico. ¡Nadie me la cree! Es como por caída doble. Llegar a la Secretaría de Cultura (antes Conaculta) y decir que llevo un proyecto es para que me digan ‘¡señora, usted tendría que donar!’, en lugar de pedir. Esto es un asunto muy complejo y hay que estar siempre dando vueltas.
“Me ha pasado que en los festivales no me admiten porque no parezco oaxaqueña. Eso pasó en una actividad que se llamó México en Francia, que se canceló. Les dije: ‘pues, ¿qué quieres, que me ponga trenzas? ¡Pues no me las voy a poner! ¡Soy oaxaqueña, maestro, y no tengas un estereotipo!’ No es así la historia. Habemos mestizos. No tengo por qué dejar de ser lo que soy. Como que de repente me tengo que poner un huipil.
Si se deja de luchar… esto también es cosa de terquedad, de rebeldía genuina, sin discursos locos. Mi labor es seguir siendo fiel.
El concierto de aniversario será en El Plaza Condesa porque, dijo, se lo merece. Si yo no me lo celebro, ¿entonces quién? Un día me voy a dar mi propio premio por los discos vendidos. Hoy sé que del otro lado sí hay alguien a quien le importa este trabajo y me permito ser guiada totalmente por mi intuición. Soy muy metódica.