El director de “La La Land”, Damien Chazelle, se llevó el principal galardón del Sindicato de Directores de Estados Unidos el sábado.
Esta es la última parada en el viaje del aclamado musical hacia los Oscar, aunque en la gala celebrada en Beverly Hills no todo fueron canciones y bailes. La noche adquirió un tono sombrío y de urgencia cuando muchos directores y actores se pronunciaron sobre el veto migratorio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
«Quería celebrar el acto de soñar y lo que significa el arte. El arte conecta a la gente y trasciende fronteras», dijo Chazelle. «Yo quiero ser parte de ese diálogo transnacional de películas».
A sus 32 años, Chazelle, que estaba nominado por primera vez, es el realizador más joven en ganar el premio del DGA, suele ser un gran indicador del eventual ganador del Oscar a la Mejor Dirección.
Los Premios de la Academia se entregan el próximo 26 de febrero. La La Land ya ganó el principal galardón en los Producers Guild Awards y está nominada a 14 estatuillas.
Antes, los protagonistas de la cinta, Emma Stone y Ryan Gosling, entregaron a Chazelle el medallón de dirección.
Además de elogiar sus logros, como el hecho de que rodó el musical en 40 días utilizando película de 35mm, 93 localizaciones y mil 600 extras, Gosling bromeó también diciendo que Chazelle «dirigió su propio nacimiento en una sola toma».
Chazelle se enfrentaba a Barry Jenkins por Moonlight, Kenneth Lonergan por Manchester By The Sea, Garth Davis por Lion y Denis Villeneuve por Arrival. Todos menos Davis están nominados también al Oscar.
El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, que el año pasado se alzó con el premio por The Revenant, calificó la actualidad política de «un mal remake de una de las peores historias del siglo pasado».
«El único modo de ganar es contar historias humanas buenas, complejas y veraces», señaló Iñárritu. «Ni los hechos alternativos ni las estadísticas falsas vencerán eso».