La casa que habitó el arquitecto Antonio Rivas Mercado (1853-1927) y posteriormente su hija Antonieta, durante finales del siglo XIX y principios del XX, ya puede visitarse tras 20 años de abandono. El inmueble, ubicado en el número 45 de la calle Héroes de la colonia Guerrero, delegación Cuauhtémoc, Ciudad de México, fue adquirido por el gobierno capitalino en 2008 y catalogado como monumento histórico por el tipo de construcción, por ser el lugar donde se diseñó la Victoria Alada del Ángel de la Independencia y por ser el punto de reunión de Los Contemporáneos.
Los trabajos de restauración estuvieron a cargo de la Fundación Conmemoraciones y es a través de su página de internet como las personas pueden contactar y agendar visitas guiadas a la casa, ya que por el momento el inmueble no estará abierto a todo público pues aún falta realizar una segunda etapa de restauración.
“Hoy inauguramos la primera etapa de restauración de la Casa Rivas Mercado pero el uso final del espacio será un recinto cultual: un polo de desarrollo económico, social y cultural de la colonia Guerrero y de la Ciudad de México. Será un museo de sitio en donde se hable de la vida de la promotora cultural Antonieta Rivas y de su padre, el reconocido arquitecto. Será un museo de sitio sobre la familia que habitó este inmueble”, comentó Ana Lilia Cepeda, presidenta del Patronato de la Fundación.
Actualmente, añadió, la casa cuenta con una exposición fotográfica de cómo se realizó la restauración del espacio que tiene 25 habitaciones construidas en un terreno de dos mil 570 metros cuadrados. También se exhibe la cabeza original del Ángel de la Independencia que se cayó en 1957, misma que se buscará permanezca ahí y ya no en el Archivo Histórico de la Ciudad de México.
“La casa es propiedad del gobierno de la ciudad y nos la dieron a través de un permiso administrativo temporal revocable. La fundación se hizo cargo de la restauración durante 10 años, fue un proceso complejo porque estaba en un estado lamentable, fue un trabajo arduo de varios años para poder estabilizarla y recuperar sus elementos decorativos”, dijo Cepeda.
Por ejemplo, detalló que el lado izquierdo de la casa contaba con un desnivel de 90 centímetros, producto del hundimiento de la zona centro de la ciudad y de una escuela primaria contigua.
“Esa inclinación existe porque hay un edifico enfrente de la casa, se trata del Instituto Washington, que se demolerá en la segunda etapa de restauración. Cuando lo construyeron pusieron uno de sus brazos encima de la casa. También hay una fuga histórica de agua de unos drenajes rotos que continuamente estaban afectando el terreno”, explicó.
Uno de los trabajos que resaltó el arquitecto Gabriel Mérigo, fue la recuperación del piso decorado con 50 mil piezas baldosas cerámicas o cerámica encáustica, cada una usada para 80 modelos distintos de diseño que Antonio Rivas Mercado creó y colocó.
“Notamos que al reverso de estas baldosas estaba escrito el nombre Campbell, buscamos a la empresa pero ya no existe, sin embargo, sus moldes y técnicas, fueron heredados a la compañía Craven Dunnill Jackfield, con sede en Inglaterra y que su trabajo es considerado patrimonio de la humanidad porque la cerámica encáustica que realizan es hecha a mano, pieza por pieza”, dijo.
La Casa Rivas Mercado fue construida en1898 y a la muerte del arquitecto (1927), que también trabajó en Palacio Nacional y el Museo Nacional de Historia, fue heredada por su hija mayor, Alicia, quien después la vendió (1936) a una familia que vivió ahí por 60 años. No obstante, con el terremoto de 1985 la propiedad quedó en el abandono.
El inmueble fue adquirido por el gobierno local en 12 millones de pesos y la restauración costó 85 millones de pesos a lo largo de 10 años.