Existen más de 28 mil especies de plantas con propiedades medicinales, pero muchas apenas se aprovechan por la escasa documentación, revela un informe publicado este jueves por la institución botánica británica Kew Gardens de Londres.
En su segundo informe anual, un verdadero censo mundial del mundo vegetal, hay listadas 28 mil 187 plantas de virtudes medicinales, una estimación «probablemente muy conservadora».
Entre las nuevas plantas descubiertas el año pasado figuran nueve especies de una trepadora llamada Mucuna, usada en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
«El informe subraya el gran potencial que hay en el uso de plantas, en campos como la diabetes y la malaria», explicó Monique Simmonds, subdirectora del departamento científico del jardín botánico londinense.
El informe recuerda que las sustancias de dos plantas, la artemisinina y la quinina, son «dos de las armas más importantes» contra la malaria, que mató a 400 mil personas en 2015.
Pero pese a su potencial, menos del 16 por ciento de las especies utilizadas en remedios están citadas en publicaciones médicas, constata el informe.
En total, 128 científicos de 12 países trabajaron en la elaboración del informe Estado mundial de las plantas, que contiene mil 730 nuevas especies respecto del año anterior.
Entre ellas hay cinco nuevas especies de manihot descubiertas en Brasil, siete nuevas aspalathus -usadas para la infusión sudafricana rooibos- y una nueva chirivía descubierta en Turquía.
Los investigadores descubrieron que, desde hace 16 años, «arden anualmente una media de 340 millones de héctareas», grosso modo «el tamaño de India», precisó a la Afp la doctora Sarah Wyse, que contribuyó al informe. Si bien la cifra parece alarmante, Wyse aclaró que algunas plantas necesitan esos incendios «para regenerarse».
«Esos incendios no son en sí una mala cosa para muchos ecosistemas», precisó.
El informe calculó que «el coste potencial para la agricultura mundial, si no se detiene la propagación de parásitos invasivos y patógenos,» será de 540 mil millones de dólares al año».
Los autores reclamaron «medidas de bioseguridad más estrictas», sobre todo para el comercio de plantas vivas. La mundialización del comercio y los viajes internacionales facilitan, por ejemplo, la diseminación de grillos y de orugas de la legionaria, particularmente destructoras del maíz.
El jardín botánico de Kew Gardens, en el oeste de Londres, alberga una de las colecciones botánicas más importantes del mundo, y es un centro de investigación ampliamente reconocido que pretende hacer de su informe anual un instrumento de referencia.