Científicos mexicanos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon un gel que acelera el proceso de cicatrización de heridas en por lo menos 72 horas, regenerando de manera óptima el tejido, a la vez que se reduce el riesgo de infecciones y otras complicaciones en pacientes con quemaduras, cortadas y traumatismos. El invento usa algunos de los componentes de la planta mexicana Bacopa procumbens, que han sido nanoestructurados, y ya cuenta con solicitud de registro de patente ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).
El doctor Guillermo Pérez Ishiwara, investigador del Sistema Nacional de Investigadores nivel II y profesor de los programas de doctorado en Biotecnología y maestría en Biomedicina Molecular de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMyH) y líder del proyecto de investigación del hidrogel, explicó que la investigación con esta planta empezó hace casi diez años.
Desde entonces, han avanzado con metodología científica, desde la etapa etnobotánica hasta la etapa comercial, pasando por la identificación de las sustancias activas, el efecto regenerador en cultivos celulares y modelos de lesión en animales, evaluación y cálculo de las dosis no tóxicas in vitro, estudios de genotoxicidad, estabilidad farmacológica y pruebas clínicas en humanos.
“Desafortunadamente es muy común que aprovechando el conocimiento etnobotánico de las plantas medicinales, muchos comercializan diversos productos como tés, suspensiones, jarabes o jugos, lo cual conlleva riesgos porque si bien las plantas tienen efectos positivos para la salud, también es un hecho que las plantas tienen alcaloides y diversos metabolitos con efectos secundarios no deseables para los pacientes”, por lo que el remedio puede ser peor que la enfermedad, indicó el profesor e investigador del IPN.
Después de una herida, la formación completa de una cicatriz puede tardar entre 12 y 14 días porque ocurren tres fases para la formación de nueva piel en la zona dañada: la fase inflamatoria, la fase de migración y diferenciación de los fibroblastos, y la fase de regeneración o remodelación tisular. El invento politécnico actúa en las tres fases, acortando en tres o cuatro días el proceso de formación de cicatriz.
“Ésta es una planta con alto potencial antioxidante y esto se debe a la presencia de ácidos fenólicos y flavonoides, que combinados con la nanotecnología modulan el proceso inflamatorio. En segundo lugar, el producto también controla el proceso de migración y diferenciación celular de los fibroblastos, que van a conformar el tejido de reemplazo y la matriz extracelular conformada principalmente por dos tipos de colágena. Ahora sabemos que el hidrogel lo hace a través de un receptor celular específico que recién descubrimos. Esto hace que los fibroblastos que migraron hacia la región donde se perdió tejido por daño físico y que luego se diferenciaron produzcan el recambio acelerado, pero controlado de la colágena, para formar nuevo tejido”, dijo el doctor Pérez Ishiwara.
La piel recupera más del 80 por ciento de la calidad mecánica y fisiológica que tiene una piel no dañada y de manera muy importante con una calidad estética óptima, sin formar cicatrices queloides o fibroticas.
“Finalmente, el producto ayuda al tercer proceso de cicatrización, que es el proceso de remodelación y re-epitelización, en el que las fibras de colágena y demás componentes celulares se terminan de ordenar espacial y temporalmente, que normalmente es un proceso muy tardado, que puede tardar semanas o incluso meses. Con el producto que hemos desarrollado aceleramos el proceso de cicatrización de 72 a 96 horas, lo que es muy valioso para evitar infecciones o de especial relevancia en los procedimientos quirúrgicos, en los que se requiere que la cicatrización no sea sólo superficial, sino óptima desde el punto de vista mecánico”, añadió.