La gota es una enfermedad causada por el exceso de ácido úrico en la sangre –o lo que es lo mismo, por la hiperuricemia– y la consecuente formación y acumulación de cristales de este ácido úrico en distintas partes del organismo, muy especialmente en las articulaciones, lo que causa una hinchazón y un dolor extremo. Una enfermedad que, por lo general, resulta más común en los varones que ya han superado los 40 años y que se encuentra directamente asociada a los estilos de vida ‘poco saludables’, caso del exceso de peso o del abuso del alcohol. Tal es así que las personas con predisposición a padecer gota deben cuidar, y mucho, su alimentación. Y en este contexto, investigadores del Hospital General de Massachussets en Boston (EE.UU.) han demostrado que la dieta denominada ‘DASH’, rica en frutas, verduras y granos enteros, es muy útil para prevenir la gota.
Como explica Hyon K. Choi, director de esta investigación publicada en la revista «The BMJ», «la dieta DASH supone un enfoque dietético preventivo muy atractivo para el riesgo de gota. Y además, también sirve para tratar la hipertensión arterial, enfermedad que padece la mayoría de los pacientes con gota. Así, la dieta DASH tiene el potencial para matar dos pájaros de un tiro».
La dieta DASH es un tipo de alimentación inicialmente diseñado para disminuir las cifras elevadas de presión sanguínea –de hecho, ‘DASH’ es el acrónimo del término ‘enfoques dietéticos para frenar la hipertensión’ en la lengua inglesa– y que se suele recomendar a aquellas personas que necesitan reducir su riesgo cardiovascular. Una dieta que, asimismo, parece también los niveles de ácido úrico en sangre. Entonces, ¿es posible que también sirva para prevenir la gota?
Para responder a esta pregunta, los autores analizaron los historiales médicos de 44.444 varones con edades comprendidas entre los 40 y los 75 años que, sin historial de gota, habían respondido cada cuatro años a distintos cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios entre 1986 y 2012.
Los autores incluyeron a los participantes en dos ‘estilos’ de dieta en función de su modo de alimentación: dieta DASH, lo que implicaba que habían comido una gran cantidad de frutas, verduras, legumbres, productos lácteos semi o desnatados y cereales enteros, así como que habían evitado el exceso de sal, las bebidas azucaradas y las carnes rojas y procesadas; o una dieta occidental, caracterizada por una elevada ingesta de cereales refinados, dulces, carnes rojas y procesadas y patatas fritas.
Durante los 26 años de seguimiento se registraron 1.731 casos de gota. Y de acuerdo con los resultados, la dieta DASH redujo en hasta un 32% el riesgo de padecer gota –frente a un incremento del riesgo de hasta un 42% en el caso de seguir una dieta occidental–. Un beneficio, además, que resultó totalmente independiente de los principales factores de riesgo para la aparición de la gota, caso de la edad, el índice de masa corporal (IMC), la presión sanguínea elevada y el consumo de café y alcohol.