En los últimos años se han desarrollado numerosos estudios para evaluar las posibles aplicaciones de las nanopartículas –esto es, de partículas cuyo tamaño no excede de los 100 nanómetros, siendo un nanómetro (nm) la mil millonésima parte de un metro– en la medicina. Es el caso, sobre todo, de los denominados ‘nanofármacos’, medicamentos microscópicos que a día de hoy constituyen la principal área de investigación de la ‘nanomedicina’. Sin embargo, los potenciales usos de las nanopartículas van mucho más allá. De hecho, investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago (EE.UU.) han desarrollado una nanopartícula biodegradable que, cual ‘Caballo de Troya’, permite esconder los alérgenos al sistema inmune para luego ‘presentárselos’ de una forma ‘amistosa’, lo que conlleva que el propio sistema inmune deje de identificarlos como sustancias peligrosas.
Como destaca Stephen Miller, director de esta investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, “nuestros hallazgos representan una nueva vía eficaz y segura a largo plazo para el tratamiento y, cuando menos potencialmente, la ‘curación’ de las alergias alimentarias y respiratorias que ponen en riesgo la vida de tantas personas. De hecho, podría suponer el fin de la necesidad de uso de las medicaciones que requieren ser tomadas de por vida por los pacientes con alergias pulmonares”.