Proyecto para recopilar toda la riqueza submarina de la Península

Uno de los proyectos arqueológicos más ambiciosos a nivel mundial fue puesto en marcha en la Península de Yucatán por científicos mexicanos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Con fotografías de alta definición y programas de cómputo especiales, un equipo de arqueólogos subacuáticos encabezados por Guillermo de Anda Alanís creará un gigantesco banco de información que permitirá conocer el contenido de más de mil cuevas inundadas o cenotes de la Península de Yucatán, donde hay rastros de presencia humana desde hace más de 12 mil años, que son algunos de los rastros humanos más antiguos del continente americano.

Desde el año 2000, el INAH realiza, a través de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS), diversas investigaciones en estos contextos, y ahora apoya este proyecto de largo aliento llamado Gran Acuífero Maya.

Para conocer este acuífero, que se distribuye en 145 mil kilómetros cuadrados, los especialistas han trazado una ruta que empieza desde el sur, en la frontera con Belice, y que abarca 10 zonas quintanarroenses, entre ellas: Bacalar (en cuya laguna existen cenotes), Chumpón, Carrillo Puerto, José María Morelos, Muyil y Tinum.

En entrevista exclusiva con Crónica, desde la zona de exploración, el arqueólogo Guillermo de Anda informó que el megaproyecto permitirá estudiar muchos objetos de valor arqueológico sin moverlos del lugar donde fueron encontrados, pero que al ser digitalizados y modelados en tercera dimensión o 3D se podrán revisar milímetro a milímetro sin dañarlos o afectarlos. Eso es importante porque cuando un objeto estuvo miles de años dentro de un cenote inundado y es extraído, se deteriora velozmente y se destruye, como indicó el experto, que fue el primer arqueólogo subacuático mexicano en ser reconocido por la National Geographic como Explorador Emergente, en 2012.

El proyecto será de tal precisión que permitirá identificar pequeñas fracturas en huesos y en vasijas inundadas actualmente.