A 90 años de su Natalicio, el poeta Jaime Sabines será recordado en un Homenaje organizado por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Dirección General de Publicaciones y la Coordinación Nacional de Literatura, este martes 29 de marzo a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Jaime Sabines Gutiérrez, fue hijo de Julio Sabines, quien llegó de Líbano a América siendo un niño, y en México logró ingresar al Ejército, en 1914 ya tenía el rango de mayor. Su madre, Luz Gutiérrez, formó parte de la aristocracia chiapaneca, que años después perdió todo con la Revolución. Jaime tuvo dos hermanos, Juan y Jorge. Su infancia y adolescencia transcurrieron en la provincia de Chiapas. Muchas noches de su niñez, su padre solía contarle a él y sus hermanos las historias que su memoria había conservado de Las mil y una noches. Años después, el poeta reconocería en aquella tradición oral su primer contacto con la literatura.
“¿Nací poeta? Esto no tiene más respuesta que sí.”, reconoció en algún momento Jaime Sabines. Su interés por la poesía sucedió desde temprana edad: de niño su madre le hacía recitar poemas. Sabía de memoria El declamador sin maestro. En la secundaria se convirtió en el orador oficial. A los 17 años comenzó a escribir versos, que no publicó sino hasta los 23 años cuando supo que tenía una voz propia. En 1945 viajó a la Ciudad de México para estudiar medicina, en ese tiempo de soledad pudo leer y escribir desesperadamente.
La Biblia, se convirtió en su libro de cabecera; solía decir que en esos años de sufrimiento y soledad se hizo poeta. En 1949 se cambió de la Facultad de Medicina a la Facultad de Filosofía y Letras para estudiar lengua y literatura castellana, en el legendario edificio de Mascarones. En tiempo escribió Los amorosos», uno de sus poemas más conocidos que aparece en Horal publicado en 1950. En 1951 publicó La señal, y escribió Adán y Eva, su primer poema largo que sería publicado 11 años después.
En 1952 decidió casarse con Josefa Rodríguez, Chepita, y se hace cargo de El Modelo, una tienda de telas. Tras el mostrador de ese establecimiento escribió su poema: Tarumba (1956), del que decía era «un canto a la sobrevivencia».
En 1959 Jaime Sabines obtuvo el Premio Literario que otorga el Gobierno del Estado de Chiapas; a éste le seguirían más de una decena de reconocimientos entre éstos el Premio Xavier Villaurrutia (1973), el Nacional de Ciencias y Artes (1983) y la Medalla Belisario Domínguez (1994).
“A lo largo de más de una década de conversaciones escribí con su autorización Jaime Sabines: apuntes para una biografía. En este homenaje lo recordaremos por los 90 años que estaría cumpliendo. Es un poeta muy vivo. Pareciera que está aún aquí, porque continúa siendo muy leído por los jóvenes. Es una forma de rememorar a uno de los grandes autores en lengua castellana de la segunda mitad del siglo XX. Sabines es un escritor definitivo y fundamental para la literatura en español y la literatura en general. Se le sigue releyendo, pero también se le traduce a nuevos idiomas”, señaló Pilar Jiménez.