La conquista de América sigue interesando. Y mucho. Ha pasado el tiempo, y desde la actualidad se revisa y reflexiona sobre lo ocurrido hace más de cinco siglos y sus consecuencias. Las visiones suelen ser polarizadas. Están aquellas que hablan de las masacres y barbaridades cometidas por los conquistadores como José Luis Villacañas, y aquellos, como María Elvira Roca Barea en su popular libro Imperiofobia, que hablan de una leyenda negra que no se corresponde con la realidad. La polémica no está sólo en los libros, y desde sudamérica aumentan las voces, como la del presidente de México, que exigen a España pedir perdón por lo ocurrido entonces.
Era cuestión de tiempo que, con unos mimbres tan potentes, con un caldo de cultivo tan bueno y con un interés creciente en el tema, la ficción, en plena burbuja de producción, se interesara por la conquista. Lo intentó Agustín Díaz Yanes con guion de Arturo Pérez Reverte en Oro, y ahora ha sido Amazon la que estrena este jueves Hernán, la superproducción hispano mexicana sobre el conquistador español cuando se cumplen 500 años de su llegada a México para conquistar el imperio Mexica.
Con ella comienza el deshielo, ya que próximamente llegará una segunda ficción con Javier Bardem como el protagonista y con Steven Spielberg al frente. Aquí es Óscar Jaenada el que se pone en la piel de Cortés en una serie que sí que afronta el tema de las matanzas y vejaciones cometidas, aunque la palabra leyenda negra todavía produzca escalofríos como demostró la rueda de prensa de presentación cuando se mencionó el asunto.
El primer capítulo presenta a Cortés como líder de Tenochtitlan, epicentro de los mixtecas y punto neurálgico del comercio y el oro, principal obsesión de la expedición española como queda claro en la serie. En esta primera toma de contacto con la serie se cuenta el enfrentamiento entre Hernán y las tropas españolas lideradas por Pánfilo de Narvaez mientras en la ciudad Pedro de Alvarado cometía una matanza vil contra los indígenas que descubre el conquistador a su vuelta.
En su búsqueda de un punto intermedio entre la hagiografía y la leyenda negra, los guionistas (liderados por Curro Royo en el episodio piloto) eligen de forma inteligente colocar el punto de vista en Marina, la mujer nativa que sirvió de intérprete a Hernán en su conquista. Ella forma parte de la expedición española, pero es testigo de todas las atrocidades cometidas. En unos flashbacks se cuenta la llegada de Hernán y las primeras batallas con las primeras tribus. Estas son sangrientas, crudas, quitando épica e idealización.
También se enseña como impusieron su religión, su cultura y hasta sus nombres. Incluso como poseyeron a sus mujeres y las violaron. Muestra también la estrategia de Cortés, que se alió con ciertas tribus indígenas para llegar a Tenotichlan, donde supuestamente estaba el oro que tanto ansiaban.
La búsqueda de un punto de vista ‘limpio’ para contar la historia muestra a Cortés como alguien que cree que hace lo correcto, sigue las normas y se muestra tolerante con los nativos. Es partidario de tratar bien a su prisionero Moctezuma y muestra un interés (que luego se consumará) en Marina, pero también está esa forma de condescendencia e imposición cultural que el personaje de Marina deja claro cuando dice: “iré contigo, pero no a tu lado”. Algo que también está en la inteligente adaptación de Esperando a los bárbaros dirigida por Ciro Guerra, que no por casualidad será el director de la serie de Cortés protagonizada por Bardem.
El nivel de producción de Hernán es fantástico. Los efectos especiales de El Ranchito lucen de maravilla, la reconstrucción de Tenochtitlan es espléndida, así como el vestuario y el diseño de producción. El propio Jaenada reconocía que un historiador hizo repetir una escena porque en el gorro de Hernán Cortés no podía haber plumas. Un esfuerzo titánico que se agradece en una serie bien construida, entretenida e interesante que constituye una gran sorpresa.
El actor, que dio vida a Luisito Rey en la serie sobre Luis Miguel de Netflix y al mítico Cantinflas, se empapó del conquistador e intentó entender el punto de vista de los dos países. Eso fue lo que más le sorprendió, que en la actualidad las visiones sigan siendo tan opuestas a uno y otro lado del Atlántico así como el hecho de que en España «se hable poco» sobre esta figura, pese a su importancia histórica. «Hay que acabar con ese silencio y contar quien fue Hernán Cortés, qué le pasó a él y a sus hombres y con qué se encontraron allá porque es la Historia de nuestro país y de México», zanjó el intérprete que estaba seguro de que la serie «se va a politizar seguro, porque aquí todo se politiza, pero puedo asegurar que no hay una coma política, ha habido varios historiadores constantemente presentes para dar credibilidad».
El actor catalán cree que también es una cuestión de la historia de cada país, y señaló que “a nosotros nos han conquistado 80 veces y a ellos una, y creo que eso tiene que ver en cómo se lo toman”. También valoró las motivaciones de Hernán Cortés, que muchas veces tenían que ver con líos de faldas».»No podía volver a Salamanca porque estuvo con la mujer del rector, en Cuba lo mismo, en Coyoacán acabó con 40 mujeres… tenía un TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) con el sexo femenino». Una nueva visión de Cortés, al que no quiere que se le vea como “un héroe ni como un villano”, sino como un personaje complejo lleno de contradicciones.