La escritora Rosa Beltrán considera que su inclusión en la Academia Mexicana de la Lengua (AML), donde ocupará la silla XXXVI, le permitirá poner sobre la mesa de discusión otra forma de abordar la literatura.
“Es un honor pertenecer a la academia, pero también un desafío y una oportunidad de abrir el canon y proponer la reflexión acerca de lo que es un clásico y y con qué criterio se designa como tal a una obra, y cómo es que las que no lo son se vuelven muy importantes y deben ser consideradas”, explica en entrevista.
No hay géneros mayores o menores, agrega, lo que “hay es buena literatura o no la hay; debe considerarse –por ejemplo– a la crónica, el testimonio como parte de la literatura y no exclusivamente a la poesía o la novela”.
En su opinión, un clásico no es una obra que tenga determinados méritos y sea leído de una vez y para siempre de la misma manera, sino un mecanismo que implica la lectura de quienes de manera anónima en sus bibliotecas revaloran continuamente los rasgos que tiene la obra.
“Esto quiere decir que hay obras que no han sido consideradas como clásicos, que no han sido estudiadas, y que ésta es una excelente oportunidad de preguntarnos sobre ese fenómeno, de abrir el canon”, remarca.
Directora de Literatura de la UNAM, la también catedrática universitaria y promotora cultural aún no tiene bien definida a cuál comisión de la academia se integrará, aunque adelanta que le gustaría que fuera en las que que tienen que ver con la edición y anotación de libros o en las relacionadas con las consultas, el registro de usos de la lengua y el ingreso de nuevas modalidades.
La ceremonia de ingreso de Rosa Beltrán a la AML tendrá lugar este jueves 28 de enero, a las 19 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en la que el discurso de aceptación será respondido por el también escritor y académico Gonzalo Celorio.